Se ha generalizado como un cliché narrativo la imagen de un escritor bloqueado ante la hoja (o pantalla) en blanco. No es para menos, porque son muchos los que han sufrido la soledad cruel de esos primeros párrafos e ideas embotadas. Sin embargo, pese a que en muchos aspectos es igual de desquiciante, poco se ha hablado de la complejidad que tiene redactar un buen final. En esta nueva entrega del humilde taller literario que realizamos en La Milana esbozamos las claves de esta parte del proceso creativo. ¿Qué tipos de finales existen? ¿Cuáles son los errores más comunes? ¿Qué estrategias se pueden seguir para dejar un buen regusto literario?
En definitiva, una pequeña serie de consejos que pretenden plantear al escritor novel las dificultades que existen, para que luego sea ella o él quien les dé una solución acorde con su estilo personal. Leer, corregir, borrar, reescribir y volver a leer, volver a corregir, volver a reescribir y… Todo en busca de ese final perfecto que siempre se esfuma entre los dedos. En fin, hay veces que es mejor dejarse de historias y terminar con un «The end«. ¿O no?
La Milana Bonita 