Hay historias que se disfrutan, otras que pueden olvidarse instantes después de cerrar la última página y algunas que retintinean en nuestra memoria para siempre, como si formaran parte de nuestros propios recuerdos. Ocurre algo parecido con ese niño llamado Peter Pan, anclado en el misterioso mundo de Nunca Jamás y condenado a vivir una aventura detrás de la otra, mientras trata de eludir los ataques del Capitán Garfio y sus Piratas. Sabemos tan bien su historia que parece que nos perteneciera, pero aún más nos adueñamos con cierta nostalgia de la condición que caracteriza a Peter y que nos trae a la mente la importancia de la infancia en la vida de una persona. Por estos motivos no podía faltar nuestro análisis a la novela Peter Pan y Wendy de James Matthew Barrie.
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Dibujo inspirado en la novela Peter Pan y Wendy, realizado por Francisca |
Sin lugar a dudas La Milana Bonita se encuentra con uno de esos personajes que, como ya hicieron Mr. Hyde, Drácula, Frankenstein o tantos otros, ha pasado a la categoría de mito, y como tal, dispone de infinidad de versiones. Pero no hay que olvidar que toda historia tiene un origen y la del niño que puede volar no es un caso aparte. Desde la primera aparición de Peter Pan hasta la total configuración del personaje que todos conocemos transcurrieron nueve años, en los que el niño nació (El pajarito blanco en el año 1902), persiguió a su sombra (debut en el teatro de Londres en 1904) y por fin voló acompañado de Wendy hacia al misterioso país de Nunca Jamás (Peter Pan y Wendy publicada en 1911) gracias al talento y la pluma de Barrie.
Pero Peter Pan y Wendy no son los únicos protagonistas de la historia, los hermanos de la muchacha Michael y John, la mítica hada Campanilla, un buen número de Piratas, Los Niños Perdidos, el Capitán Garfio, indios y sirenas componen el variado elenco de esta novela, que más allá de todo, ha conseguido crear un personaje que se reinventa generación tras generación a través de los nuevos (y también melancólicos) lectores.
Este domingo vuelve un nuevo análisis de La Milana Bonita ¡El fomento a la lectura continúa!
¡La revolución ha comenzado!