Si Jean-Baptiste Grenouille, el protagonista de El Perfume, hubiese visto en concierto a Cesária Évora, no sabemos cómo se lo habría tomado. Probablemente la caboverdiana no sería objeto de los deseos olfativos de Grenouille, y no porque la reina de la morna no pueda suscitar el interés del joven, sino porque Évora fue conocida por defender a los más desamparados, y especialmente, a aquellos niños, que como Grenouille, no saben lo que es el hogar.
Con el tema Miss Perfumado, que dedicamos al libro de Patrick Süskind, disfrutamos del sensual potencial de Cesária Évora, mientras escuchamos su hermosa voz cantar sobre el sentido que convierte a Grenouille en uno de los hombres más admirados y temidos de Francia. Puestos a comparar, la música de Évora es como un perfume. Requiere porciones justas de músicas variadas: fado, modinha, tango argentino, bossa nova, música angoleña… La fórmula es cosa de ella, de la gran diva africana. Nosotros nos conformamos con escuchar sus dulces cantos bajo el abrigo de la inquietante historia de El Perfume.