Último programa Cuarta temporada

El perfume, de Patrick Süskind

Hierba recién cortada. Café caliente de madrugada gélida. Una barbacoa en un anochecer de verano. Muchas son las esencias que con el tiempo nuestros sentidos han ido recabando con diferentes evocaciones para nuestra memoria.

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La memoria, hecha también de palabras, crea libros. Recordatorios de aromas que inundan todos los lugares y que tienen su representación, en una de sus muchas extensiones, en El perfume de Patrick Süskind. Sin afanes academicistas, comenzamos el análisis de la obra tratando de descifrar cómo es el olfativo universo de Jean- Baptiste Grenouille intercambiando impresiones en La Piedra Roseta. Tras bajar al libro y retomar las palabras de Patrick Süskind, recorremos entre muchos interrogantes el surco vital de un hombre de letras alejado del foco mundano en La Pluma.

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Ilustración de Matías Noel

Con el cincel literario en la mano, ‘Orfebrería con palabras’, explica los conceptos de símil, metáfora y alegoría para luego descubrir nuevas palabras en la sección con más solera de La Milana, La Palabra Escondida con Ignacio Pillonetto. La música y el consejo de una obra similar en Bandas de libros y Recomendaciones, pondrán otro marco encima de El perfume por si nos hemos quedado con ganas.

Rozando el ¡Chauuuu! de Nacho que despide el programa, se asoman los chicos de los Textos con Contexto, para poner orden en la historia, el cómic y el cine con detalles que ubicarán la obra en las tres diferentes vertientes. Y con todo ello llega el momento irremediable de tener que emplazaros para la próxima aventura surcando los mares de letras. El ojo de Vladimir Nabokov nos propondrá seguir poniendo ladrillos gracias y entre todos construiremos este edificio que intenta honrar a la literatura.

¡La revolución ha comenzado!

4 comentarios

  1. Hola amigos,

    Antes de nada quisiera transmitir mi agradecimiento por la calidad y continuidad de La Milana Bonita; mis 2 horas de desplazamiento diario es ahora mucho más llevadero.

    Mi grano de arena es intentar generar debate para la sección Textos con Contexto, pues no es la primera vez que os escucho utilizar el término «latino» en contextos en lo que yo, humildemente, considero erróneo.

    Una vez escuché en otro programa de radio una opinión que arrojó luz a este tema, pues el inadecuado uso del término «latino» decían que era provocado por la fuerza egocentrista de la cultura norteamericana, la cual mete en el mismo saco a un haitiano francófono, un brasileño y un peruano en término idiomáticos.

    Es cierto que la ruptura de fronteras que hace gala internet provocó un abuso del término en este sentido, y ahora no nos extraña que nos refiramos al doblaje hispanoamericano de películas como «doblaje latino». ¿es incorrecto? ¿simplemente, poco riguroso, quizás?; lo sencillo sería consultar a la RAE, pero ya sabemos todos que hace ya unos cuantos años la RAE enloqueció por lo que sólo me queda saber vuestra opinión.

    Un saludo y nuevamente muchas gracias por existir.

    Referencias: http://www.barriozona.com/america_latina.html

  2. Voy a meterme un poquito con vosotros, aunque con buena intención y sabiendo de antemano que es muy posible que lo que vaya a decir sea una tontería. Me refiero al tratamiento que le dais al «spoil». ¿Por qué no hacer spoil con una novela? Creo que vuestra voluntad «anti-spoil» es errónea y que la transportáis del mundo cinematográfico, en el que nació y en el que ha de quedarse. Es diferente adelantar el contenido de una película a adelantar el contenido de una novela. En el primer caso sí se puede hacer daño, pero si uno dice que ya no va a leer una novela porque le han contado su final, es persona más bien tiernita en lides literarias. ¿Por qué la diferencia? Porque en literatura todo está contado ya, y es la forma de narrar la que predomina en el arte, la que marca el ritmo y la que confiere a la obra VALORES ESTÉTICOS, contra los que no puede prevalecer spoiler alguno. Temer al «spoiler» o, lo que es peor, evitarlo como gesto de cortesía hacia el lector es de gentes poco experimentadas en la lectura, es hacer un flaco favor al lector. Si estáis haciendo un programa de fomento de esta noble actividad, conviene, aunque la mayor parte de vuestros escuchantes sean también de la gran mayoría a la que con vuestra innegable voluntad estáis trayendo a beber a estos pazos, conviene digo que les fomentéis el amor por la forma, más que por el resultado. Creo, aunque todo es discutible, claro, que no hay cristiano que lea una novela mal escrita sólo para saber el final. En cualquier caso, es este un tema apasionante para el debate y, quizá, quizá, central para una comprensión global de la literatura. Es una mera opinión. PLUMA ROJA (Crítico de Editorial Kattigara-Santander)

    1. Compañero,
      lo primero de todo, muchas gracias por comentar en la página. Creo que el tema que apuntas es muy interesante y puede generar un debate interesante. Y como para eso está La Milana (para hablar de literatura) vamos a debatir.

      Desde mi punto de vista, generalizar el análisis del “spoiler” a toda la literatura me parece un error. Nosotros en este programa de radio hemos hecho programas en los cuales hemos hablado sin ningún pudor del final porque no creíamos que fuese importante (‘Rayuela’, ‘El Aleph’, ‘Momo’, ‘El paseo’, ‘El guardián entre el centeno’, ‘La Odisea’ y un largo etcétera). Sin embargo, hemos tenido otras emisiones en las que hemos decidido ser más cuidadosos con desvelar el desenlace como por ejemplo en ‘Cien años de soledad’, ‘El perfume’, ‘Como agua para chocolate’… ¿Por qué? Esa yo creo que es la pregunta que se debería hacer todo lector (tierno o no, ya que no hay que ser experto para disfrutar del arte). Pues, en mi opinión, todo depende de los intereses que haya tenido el autor a la hora de escribir el libro.

      Pongamos un ejemplo de una obra alabada por críticos, teóricos y, curiosamente, por el gran público: ‘El nombre de la rosa’. Este libro posee una estructura superficial y, luego varias capas. Yo lo he leído varias veces centrándome en diferentes aspectos de la novela, pero como la primera lectura (en cuanto a sorpresa y emoción) no hay ninguna. Luego puedes profundizar en la Historia de Teoría Literaria que subyace bajo la novela, o en la semiótica; ahora bien, el juego de encontrar al asesino y al libro mantienen al lector en tensión y eso facilita la comprensión lectora y el disfrute.

      Por esta razón, estoy de acuerdo contigo en parte. Es cierto, que en la narrativa del siglo XX se ha primado la manera de contar por encima de lo que se cuenta, no obstante, tampoco se puede radicalizar ni generalizar este concepto a toda la literatura (al menos, no en todos los libros). Desde Horacio ha existido el debate: “docere / delectare” o “res / verba”. Cada escritor es libre de primar a uno sobre otro, y parece que en el siglo XX, como se explicó en el programa de ‘El ojo’, se tiende hacia el delectare y el verba. Ahora bien, no todos los escritores lo hacen.

      Para terminar, pondré otro ejemplo: ‘Manhattan Transfer’. En este caso, estaría completamente de acuerdo contigo en que limitar la lectura del libro a saber el final es absurdo e incluso desalentador. En este libro, se debe parar uno a disfrutar del paseo sin tener prisa de llegar al destino. Ahora bien, ¿’1984′ se lee igual si sabes de antemano lo que pasa? Desde mi punto de vista, no. Por una sencilla razón, al igual que los cambios de punto de vista, los juegos con la voz o con las perspectivas son prodigios técnicos. También es un logro técnico, y nada desdeñable, conseguir el suspense con la lectura. Creo que es igual de erróneo pensar que un «spoiler» siempre estropeará el libro; como pensar que un libro es malo solo porque se disfrute más sin saber el final de antemano.

      Por otro lado, quería hacer un breve apunte sobre el cine. No soy ningún tipo de experto en la materia, pero creo que se puede asemejar este planteamiento también a las películas. Es decir, hay filmes en los cuales el giro final condiciona todo el visionado y otros que no (se me ocurre, por ejemplo, ‘Los 400 golpes’.

      Por último, y para finalizar esta larga parrafada, me gustaría añadir que este apunte que nos has hecho me ha dado que pensar y creo que me he replanteado muchos principios a la hora de hacer el programa. Es cierto que hemos podido cometer errores otorgando demasiada importancia al “spoiler”, quizás deberíamos trivializarlo un poco más y pensar si es importante o no para el disfrute del libro. Con todo, muchas gracias.

      ¡La revolución ha comenzado!

      Víctor Gutiérrez Sanz

      1. Me alegro de saludarte, Víctor. En nuestra librería, en Santander, ESPACIO KATTIGARA, hace unos días colgamos vuestro eslogan: «Leed mucho, porque … la Revolución ha comenzado». Gustó un montón. ¡Adelante con La Milana! Un abrazo. Javier Tazón Ruescas

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