Cómics Reseñas

Aspic, detectives de lo desconocido: la enana de los ectoplasmas, de Thierry Gloris y Jacques Lamontagne

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Las historias de misterio y suspenso adquieren una nueva dimensión cuando Jacques Lamontagne participa en ella. Sí, el guion corre a cargo de Thierry Gloris, autor de Waterloo 1911Saint-Germain Ainsi va la vie, un experto en el manejo y ritmo interno de las historias, pero el trabajo gráfico de Lamontagne destaca por encima del de su colega que, aunque bien resuelto, termina por ponerse al servicio del dibujante, y no al revés como muchos creen. Aunque esto, ya lo saben, no es más que una opinión. Pasen y extraigan conclusiones, Aspic, detectives de lo desconocido: la enana de los ectoplasmas.

Nuestros protagonistas

Auguste Dupin es un veterano investigador de la ciudad al que se le encarga la misión de encontrar a una médium, y así dar inicio al intrigante caso que se cuece entre sus manos. Flora Vernet es su aprendiz, una mujer adelantada a su tiempo, que no permite que nadie le pase por encima ni le amedrente en lo más mínimo. Mucha atención a Hugo Beyle, un hombre con las manos demasiado largas. Por cierto, el diseño de los personajes es francamente exquisito. Vamos a ello, manos a la obra.

El dibujo

La labor de Jacques Lamontagne no desentona en ningún momento con el estilo de una historia que busca, ante todo, entretener al lector desde el terror más infantil. El apartado gráfico tiene la fuerza suficiente como para que el solo disfrute de los dibujos, con el aspecto visual que solo el formato álbum puede ofrecernos, nos empuje hacia las primeras aventuras de este dúo de detectives adictos al ectoplasma. Particularmente me quedo con la habilidad de Lamontagne para configurar rostros con una versatilidad prodigiosa, dejando de lado los moldes y evitando, en la medida de lo posible, la repetición de las expresiones en los personaje. La novata Flora Vernet es una caja de sorpresas, cuyo diseño transmite fuerza, rigor pero también toda la sugerencia de una mujer de armas tomar.

Un adelanto del fantástico interior

No podemos dejar de mencionar el uso del color, clave para el tono aniñado del volumen. Verdes y rosas chillones inundan las viñetas donde se llevan a cabo los rituales y hacen presencia, valga la redundancia, las fantasmagóricas apariciones.

En la obra convive el tono de las novelas populares de la época con otros que no lo son tanto, construyendo un mestizaje bien equilibrado, entretenido, divertido y forzosamente siniestro. Si afinan el ojo, si es que todavía no se han dado cuenta, abundan las referencias al París de época, pero también a la literatura universal. ¿Quién es realmente Chevalier Auguste Dupin? Ni más ni menos que el singular detective creado por Edgar Allan Poe, protagonista de El crimen de la calle Morgue, de 1841.

La edición

El tomo contiene los dos primeros álbumes de Aspic, détectives de l’étrange, La naine aux ectoplasmes y L’or du vice, publicados originalmente por Quadrants entre marzo de 2010 y febrero de 2011. Como bien nos tiene acostumbrados, la edición de Yermo es impecable, aunque no vendría nada mal algo de contenido extra con material gráfico sobre el proceso creativo.

¡Vuelve el cómic francés a La Milana Bonita!

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