¿Qué haríamos las madres y los padres sin los cuentos? Yo, personalmente, no lo sé. Es mi arma infalible, mi llave ninja cuando hay lloros, cuando no se duerme, cuando se aburre en el coche en el bus o incluso en la bicicleta, si no quiere comer o, si simplemente, nos apetece estar juntos un rato tumbados. No falla. Primero llamo su atención mientras me hago de rogar eligiendo uno de los libros de su biblioteca. Lo abro despacio. Me aclaro la voz con un ligero carraspeo y… Tachán. Magia. Todo se para. Se frena el tiempo. Conectamos a través de una historia que parecía estar esperándonos.
Pero no todos los libros son iguales (amigos de La Milana que no estáis acostumbrados a moveros por estos lares, para nada). Hay cuentos que funcionan mejor para dormirse porque trabajan la repetición y les hace entrar en una especie de espiral onírica; otros son fantásticos para cantarlos y que los repitan con nosotros; hay cuentos que les activan con sus desplegables; otros que les hacen interaccionar hasta el punto de que llegan a hablar con sus personajes… Algunos los pueden leer solas, otros te permiten reforzar comportamientos o les aportan experiencias mediante la ficción para lo que van a tener que enfrentar en un futuro (quitar el pañal, dejar el chupete, ir al colegio, el nacimiento de un/a hermano/a, etc.).
Por esta razón, hemos creado La Milana Chiquita. Un espacio de encuentro para madres, padres, educadores o quien quiera leer acompañando a un futuro lector. Porque, como podéis imaginar, no todo vale, porque también hay publicaciones malísimas y bellísimas, porque, en definitiva, también es fundamental la crítica en la literatura infantil y juvenil. Así que, ¿qué os parece si empezamos?
Mi primer libro de planetas, de Pat (edita Babidi-bú)
Un precioso libro en verso que descubre el sistema solar a los más pequeños (recomendado entre 0-3 años).
Mi primer libro de planetas, de Pat (editado por Babidibú) es un cuento muy breve en verso que presenta el sistema solar a los más pequeños. Con el paso de cada página, se van descubriendo los diferentes planetas mediante una serie de analogías de fácil comprensión. Posee una dinámica de lectura muy ágil (puede ser cantado) y sus ilustraciones son bastante «planas» (es decir, no posee tonos muy fuertes, ni brillos y los planetas no están personificados), lo que lo convierte en un libro ideal para por las noches.
La Milana Bonita 