Sorprende que una escritora, en su estreno con la pluma, las páginas y las letras, escriba una grandísima novela y después no quiera producir ninguna más. Cuando analizamos Matar a un ruiseñor, obra de la autora Harper Lee ganadora de un Pulitzer en 1961, prácticamente todos nos quedamos pensando cómo no había querido seguir escribiendo. Cuando tienes este don, es bueno dejar que el resto lo disfrute, ¿no? Pero seguro que Lee tenía (y tiene) sus motivos.
