Sostienen muchas personas que el periodismo se hunde. Dicen que los reporteros cada vez escriben peor, que todos están vendidos a los intereses políticos y económicos, que su único objetivo es manipular. Responden otros que la culpa no es de los profesionales, sino de los directores de los medios de comunicación, a los que solo les interesa el dinero. Unos pocos argumentan que si se hace memoria histórica, la situación no es tan mala. Los censores censuran, los manipuladores manipulan y los buenos periodistas, ¿qué hacen? Pues tratan de informar objetivamente aunque esto solo sea una ficción utópica por la que, según Pereira (protagonista del próximo libro que se analiza en La Milana Bonita), merece la pena luchar.
Sostiene el equipo de La Milana Bonita que si ustedes no se han leído Sostiene Pereira esta es una buena oportunidad para disfrutar de lo que Vila-Matas definió como literatura portátil. Una obra sin pretensiones, sin artificios, sin pompa, y que pese a todo acompañará al lector durante mucho tiempo. Tabucchi ha conseguido crear a un periodista inmortal, a un jornalero de la prensa que ya ningún régimen dictatorial podrá acallar ni censurar.
Sostengo yo que en mi persona reside uno de los grandes misterios de la obra. ¿Quién soy? ¿Por qué interrogo al bueno de Pereira? ¿Qué haré con él? Las preguntas se amontonan en los interrogatorios. Eso sí, a lo mejor todo es un artificio, un truco. Los ecuchantes y los lectores decidirán. En esto consiste la magia de la Radio y la ficción del Periodismo. El próximo domingo, aquí, un nuevo análisis para disfrutar de la lectura de una preciosidad: Sostiene Pereira.
¡La revolución ha comenzado!
La Milana Bonita 