Narrativa Reseñas

‘Lena y Karl’ de Mo Daviau: ciencia ficción para melómanos

Si pudieras viajar en el tiempo, ¿a qué concierto irías? ¿Queen en el estadio de Wembley en 1986? ¿Black Sabbath en el Ungano’s de Nueva York en 1970? ¿O el concierto de Bob Dylan el 17 de mayo de 1966 en el Free Trade Hall de Manchester en el que por primera vez «electrificó» su música bajo los abucheos del público?

Esta pregunta, que bien podría amenizar horas y horas en una terraza de un bar una noche de verano, es la premisa inicial de la primera novela de la escritora californiana Mo Daviau que recientemente ha publicado Blackie Books en castellano bajo el título Lena y Karl y una portada psicodélica que hipnotiza.


La novela se centra en el punto de vista de Karl Bender, un guitarrista cuarentón que regenta un bar en horas bajas al que aún atrae a fans y melómanos que aún buscan rememorar a la extinta banda de indie-rock de la que formó parte. Su vida nada tiene de emocionante, hasta que en un desordenado armario de su piso de soltero aparece un agujero de gusano que le permite viajar en el tiempo. Comienza aquí una loca historia de ciencia-ficción en la que sutilmente, y sin poner mucho peso en las páginas del libro, Mo Daviau retoma alguno de los temas centrales de la literatura: la convivencia con nuestro pasado, el poder del destino y las relaciones amorosas.

Lo cierto es que si se lee Lena y Karl en un ambiente distendido y con un móvil en la mano (para buscar las decenas de grupos de rock que se mencionan en el libro) la sensación que se tendrá es la de un entretenimiento sumamente agradable y freso. Sin embargo, seríamos injustos con la novela que, pese algunas costuras visibles para el lector avezado (fruto seguro de una ardua batalla de la escritora con sus editores americanos), tiene una innegable calidad y páginas de excelente literatura.

Conforme avanza el libro, el gancho musical va perdiendo fuerza y todo el peso recae en la relación entre los dos personajes principales, Lena y Karl. El contexto de ciencia-ficción, como en otras tantas novelas, no es más que un pretexto para exponer a estos protagonistas a una lucha constante con su pasado, sus errores y sus esperanzas en un futuro postapocalíptico que está por llegar.

Lena y Karl es una novela repleta de sorpresas. Empieza con la fantástica trivialidad de una conversación de bar entre amigos y termina en el sillón de un psicoanalista combatiendo con los fantasmas del pasado. Por cierto, yo, personalmente, iría a ver a Mano Negra en Obras, centro del rock de la capital argentina, en 1992. Cada cual tiene sus preferencias. ¿Vosotros?

1 comentario

  1. ME ENCANTÓ LA TENTADORA OPORTUNIDAD DE VIAJAR EN EL TIEMPO SOLO PARA ESCUCHAR UN RECITAL… YO VIAJARÍA AL PASADO PARA ESCUCHAR A LUCA PRODAN EN ALGÚN OCULTO Y OLVIDADO SÓTANO DE BUENOS AIRES.

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