¿De verdad puede una película retratar a Adolf Hitler como el amigo imaginario de un niño alemán nazi? La apuesta no puede ser más arriesgada, más hoy en día, donde lo políticamente correcto marca la tendencia. Taika Waititi sorprende a propios y extraños con Jojo Rabbit, una sátira sobre la Segunda Guerra Mundial, donde un niño fanático del conflicto bélico y la figura de Hitler descubre que una judía se esconde en la habitación de su difunta hermana. Y aunque la premisa pueda sonar muy original, realmente lo es a medias, ya que el director neozelandés construye su película basado en el argumento de la novela El cielo enjaulado, de Christine Leunens.
El resultado de enfrentar cine y literatura ya sabemos en qué suele terminar, en la división más absoluta entre fanáticos y detractores de un medio u otro y pocas veces con un resultado que parezca satisfacer a todos. Ahí donde Taika Waititi quiso hacer su gran dictador, la escritora se lanzó en un relato muchísimo más oscuro y pesado, lejos de la sátira y las bromas. Aquí no hay tiempo para florituras y lo que en la película se resuelve en solo unos minutos, en la novela se desarrolla más, concretamente esos pasajes en los que el niño engaña a su «cautiva», pervirtiendo el resultado de la guerra y la victoria alemana. También en eso hay que matizar y si en la versión cinematográfica vemos un niño, algo que potencia la idea del amigo imaginario, en la versión original literaria tenemos a un adolescente mas perturbado y al que cuesta más justificar su visión del mundo.
Preguntas inquietantes
El cielo enjaulado, de Christine Leunens es una novela que atrapa desde las primeras páginas, zambullendo al lector en lo más oscuro de la Alemania nazi, pero desde el prisma de unos padres preocupados por el amor que profesa su hijo a un país decadente. Es aquí donde la familia representa el polo opuesto, el subversivo, el de de una Alemania que estaba a punto de caer y de la que sus padres se avergonzaban profundamente. En este punto de la lectura, las preguntas parecen claras: ¿Un asesino se hace o nace? ¿Un niño es culpable de portar una esvástica como si fuera una camiseta con su superhéroe favorito? ¿Hasta dónde puede llegar la educación en la formación de la personalidad?
Vamos terminando
El cielo enjaulado, de Christine Leunens desarrolla con mejor acierto a los personajes, permitiendo descubrir las aristas de unos y otros sin caer en el maniqueísmo. Hay personajes que desaparecen en la adaptación o que son enfocados desde una perspectiva más simplona para centrar el foco de atención en el crío y su madre. No obstante, la película tiene multitud de aciertos y poder disfrutar de la misma historia pero en clave de humor es una de ellas. Por lo tanto, hay dos versiones del mismo relato, uno más serio y oscuro y otro satirizado, donde la reflexión se hace, pero desde otro prisma.
No será por una cuestión de elecciones, la oferta está ahí y es variada, ahora cada cual que elija la suya. La norteamericana Christine Leunens o el neozelandés Taika Waititi son los artistas y las apuestas similares pero diferentes a la vez. Pueden escoger, según sus intereses o, mejor aún, consumir ambos. El misterio, el humor, la oscuridad, la educación, el fanatismo, todo eso y mucho más dependerá de la opción que decidan disfrutar.