Dice Joaquín Peón Íñiguez en un artículo en la Revista Replicante: «Fragmentar para jugar a las perspectivas, para crear una estética literaria de la posmodernidad, reconfigurar el tema, partir el cronotopo en mil, para ordenar nuestro desorden de personalidad. En el fondo se trata de esa máxima para cualquier artista: conocerse a uno mismo: recorrerse de polo a polo: rastrear las voces que nos componen, los otros que nos habitan».
En La Milana Bonita, no sabemos si José María Merino se enmarcaría dentro de la postmodernidad literaria (lo dudamos), pero su obra sí que nos permite plantear al menos esta postura crítica (y por lo tanto, interpretativa). Prueba de ello es la obra que analizamos hoy: El libro de las horas contadas. Un fantástico artefacto a medio camino entre la novela y una antología de cuentos que puede gustar a todo el mundo. En él, se recogen elementos fantásticos, de ciencia ficción (en formato de cuento o microrrelato) en un marco costumbrista que mantiene en tensión al lector desde el comienzo de la obra. Si queréis tener una buena guía de lectura, no dudéis en escuchar el programa.
¡La revolución ha comenzado!
La Milana Bonita 