El 1 de octubre de 1856 Gustave Flaubert comenzaba la publicación por entregas de Madame Bovary. El texto nacido en las páginas de La Revue de Paris se convertiría en libro un año después y desde entonces no ha dejado de maravillar a cada nueva generación de lectores. La madre de todas las novelas o referente de la literatura moderna son solo algunos de los apelativos con los que se suele catalogar a la obra de Flaubert. Una historia de hipocresía y falsa moral que retrata la burguesía francesa del siglo XIX.
Presentada en tres partes, el escritor da vida a un relato situado en Francia, rodeado de las clases altas y donde lo más importante es saber aparentar. Madame Bovary es la historia de una mujer frustrada en su matrimonio, dominada por ansias de lujos y vida parisina. Unos deseos que, con el tiempo, resultarán insaciables.

Mario Vargas Llosa nunca ha ocultado su fascinación por Madame Bovary. En su ensayo titulado Orgía perpetua: Flaubert y Madame Bovary, el escritor peruano se deshace en elogios a un personaje que “removió” los “estratos más hondos” de su ser. Un estudio exhaustivo donde Vargas Llosa explica la importancia de la novela en su vida y destaca su valor literario. Existen cientos de análisis literarios sobre la novela de Flaubert ¿pero cuántos programas de radio hay que se dediquen a ella? ¡Solo La Milana Bonita!
¡La revolución ha comenzado!