Estimados escuchantes:
En La Milana Bonita estamos acostumbrados a escribir un texto que acompañe a la descarga del programa. Sin embargo, en esta ocasión, he tomado la decisión de prescindir de mis servicios para dejarles disfrutar por partida triple del universo de Sherlock Holmes. En primer lugar tienen que darle al play o descargar el programa acá abajo.
Recuerden que hemos analizado los relatos: Estrella de plata, Escándalo en Bohemia y El problema final. Como siempre, hemos intentado dar las claves para comprender mejor estos cuentos, los hemos aderezado con datos biográficos del autor, normas gramáticas y palabras escondidas para concluir con unos instructivos, y siempre curiosos, Textos con Contexto en su versión histórica, cinematográfica y seriéfila bajo la atenta mirada de Sherlock.
En segundo lugar admiren el porte de Arthur Conan Doyle aquí.

Para terminar simplemente les quería regalar la lectura de un poema precioso, muy instructivo y magníficamente escrito por el inigualable Jorge Luis Borges. Poco antes de morir, el escritor argentino publicaba Los conjurados, una recopilación de poemas entre las que podemos encontrar esta pequeña maravilla dedicada al famoso detective:
Sherlock Holmes
Idéntico es el caso de Adán y de Quijano.
Está hecho de azar. Inmediato o cercano
lo rigen los vaivenes de variables lectores.
No es un error pensar que nace en el momento
en que lo ve aquel otro que narrará su historia
y que muere en cada eclipse de la memoria
de quienes lo soñamos. Es más hueco que el viento.
Es casto. Nada sabe del amor. No ha querido.
Ese hombre tan viril ha renunciado al arte
de amar. En Baker Street vive solo y aparte.
Le es ajeno también ese otro arte, el olvido.
Lo soñó un irlandés, que no lo quiso nunca
y que trató, nos dicen, de matarlo. Fue en vano.
El hombre solitario prosigue, lupa en mano,
su rara suerte discontinua de cosa trunca.
No tiene relaciones, pero no lo abandona
la devoción del otro, que fue su evangelista
y que de sus milagros ha dejado la lista.
Vive de un modo cómodo: en tercera persona.
No baja más al baño. Tampoco visitaba
ese retiro Hamlet, que muere en Dinamarca
que no sabe casi nada de esa comarca
de la espada y del mar, del arco y de la aljaba.
(Omnia sunt plena Jovis.(*) De análoga manera
diremos de aquel justo que da nombre a los versos
que su inconstante sombra recorre los diversos
dominios en que ha sido parcelada la esfera.)
Atiza en el hogar las encendidas ramas
o da muerte en los páramos a un perro del infierno.
Ese alto caballero no sabe que es eterno.
Resuelve naderías y repite epigramas.
Nos llega desde un Londres de gas y de neblina
un Londres que se sabe capital de un imperio
que le interesa poco, de un Londres de misterio
tranquilo, que no quiere sentir que ya declina.
No nos maravillemos. Después de la agonía,
el hado o el azar (que son la misma cosa)
depara a cada cual esa suerte curiosa
de ser ecos o formas que mueren cada día.
Que mueren hasta un día final en que el olvido,
que es la meta común, nos olvide del todo.
Antes que nos alcance juguemos con el lodo
de ser durante un tiempo, de ser y de haber sido.
Pensar de tarde en tarde en Sherlock Holmes es una
de las buenas costumbres que nos quedan. La muerte
y la siesta son otras. También es nuestra suerte
convalecer en un jardín o mirar la luna.
El mundo de Sherlock Holmes continúa. Ahora deben ampliar miras y buscar sus historias preferidas. Recuerden que la semana que viene volveremos con un nuevo programa ¡porque la lectura no se detiene!
¡La revolución ha comenzado!
Como siempre, muy buen programa.
Hablando de adaptaciones de los relatos de Holmes, me gustaria recomendar «Las aventuras de Sherlock Holmes y el Dr. Watson», adaptación realizada por la Unión Sovietica y considerada por muchos, una de las mejores de la historia. Consta de 11 episodios muy fieles a los relatos y con personajes muy bien logrados.