Es curioso lo que ocurre con la Fantasía: o eres un auténtico aficionado, o tiras de best-seller. Ya sabéis, de esas historias adaptadas por Hollywood, o la HBO… Ahora todos tendréis en mente El Señor de los Anillos o Canción de Hielo y Fuego, pero este fenómeno es bastante curioso, no sé da con otros géneros. Parece que las novelas de fantasía son para «frikis» hasta que las industrias audiovisuales te dicen lo contrario. «Ahora ya sabes por qué ese amigo friki estaba deprimido hace 13 años». Esta frase salió publicada en una viñeta cuando se emitió el famoso capítulo de la ‘Boda Roja’ en Juego de Tronos. La misma frase la recogió George R. R. Martin tras ver las reacciones de los fans tras ver dicho episodio. ¿Hace trece años Canción de Hielo y Fuego no era ‘cool’?
Claro que lo era, pero vivimos en la época de lo audiovisual, donde los cánones se marcan de otra manera. No obstante, no quiero hablar de la eterna y estúpida batalla «Cine vs Literatura». Quiero elogiar la fantasía y ensalzarla como un género mayúsculo apto para todas las edades, quitando de en medio cualquier tipo de prejuicio, y lo quiero hacer trayendo a colación Bosque Mitago, de Robert Holdstock.

En esta novela, su autor nos transporta a un mundo en el que conviven un contexto realista y un trasfondo mágico. Stephen Huxley, combatiente en el ejército británico durante la II Guerra Mundial, vuelve tras varios años fuera a la casa donde se crió, Refugio de Roble. Allí nació junto a su hermano Christian, su padre y su madre. Muy cerca de ellos crece un bosque virgen, un bosque profundo, frondoso, verde, tan denso que apenas deja respirar si te pierdes entre sus raíces. Hogar, además, de un siniestro misterio que consumió al padre de Steven y que está a punto de consumir al único miembro de su familia que le queda vivo…

¿Qué tiene esta novela publicada en 1984? Un universo que te atrapa y envuelve y en el que la realidad más fantasiosa sabe convivir con ciertos ingredientes históricos. El folclore britano también se deja ver, y todo funciona porque el autor juega sus cartas con maestría. La fantasía tiene eso, que el escritor te lleva a un mundo donde él pone las reglas y el lector puede aceptarlas o no. La imaginación al completo se planta en cada rincón de la novela, y solo hay que dejarse llevar. La fantasía de calidad consigue trasladarte de tal manera que en ocasiones a uno se le olvida que vive en el mundo real.
Quizás me he dejado llevar, pero si no me creen, pueden comprobarlo por ustedes mismos. Bosque Mitago dio pie a un ciclo de novelas, el ‘Ciclo del bosque Ryhope’ o ‘Ciclo Mitago’, aunque las novelas que lo forman están inéditas en español. Excepto la original, claro, que tiene en su catálogo la Editorial Gigamesh. Por cierto, Bosque Mitago ganó el World Fantasy Award. Un clásico fantástico que sorprenderá a más de uno y de dos. Ya saben, déjense llevar por la imaginación.