Si alguno de ustedes es un fiel seguidor de la exitosa serie The Flash, de la cadena CW, o si simplemente hay algún aficionado de toda la vida al personaje, entonces a más de uno le interesará acercarse a este recopilatorio. Si por el contrario, poco o nada les cautivan los superhéroes y muchísimo menos un tipo vestido con licra roja, siento haberles hecho que invirtieran su tiempo en leer estas líneas. Siempre pueden correr, correr y correr hasta que vuestros cuerpos sean capaces de desplazarse, romper las barreras del tiempo y el espacio y poder viajar al pasado para advertirles a sí mismos que os eviten el momento. Vamos, el pan de cada día para el corredor escarlata. Ahora sí, fuera de broma, 75 años de Flash es un tomo lleno de buenas intenciones pero que, al lector de toda la vida, dejará una sensación un tanto agridulce. A continuación les cuento los motivos, mis motivos.
- ¿Dónde está Wally West? Para los que crecimos leyendo las aventuras de Flash, nuestro Flash era Wally y aquí no está. Desde que Barry regresara ha acaparado todo el protagonismo de la colección, impulsado, cómo no, por el éxito de la serie de tv. Solo en una historia veremos al pelirrojo, en la que, al menos, aparece dibujado por Ariel Olivetti. La historia la firma el siempre interesante guionista Mark Millar, raro y sorprendente a partes iguales, como el argumento que aquí nos presenta. Wally debe ayudar al mismísimo guionista a elaborar una historia de Flash.
- La selección contenida aquí debemos entenderla como un conjunto de documentos de valor histórico del personaje: primeras apariciones de Barry Allen y Jay Garrick, así como la primera vez que se recurre al concepto de las tierras paralelas en DC, aunque se trate de una revisión realizada por Grant Morrison. Sin embargo, estos cómics no son las mejores historias de Flash. Son importantes y de ahí su valor, pero poco más. Ojalá se hubieran atrevido con la muerte de Barry en las crisis o la reinvención que de este hizo Geoff Johns hace no tanto, así como algún capítulo de mayor enjundia dentro de la cronología de Wally.
- ¿Dónde está Impulso? El velocista del futuro tampoco tiene su reflejo en este volumen. Era mucho pedir que incluyeran su muerte, de los mejores capítulos en la historia del personaje, pero alguna mención o aventura compartida no hubiera estado de más, sobre todo para un héroe donde el concepto del legado es fundamental y parte de su esencia. Por orden: Jay, Barry, Wally y Bart (Impulso), todos son Flash.
- ¿Y Los Titanes? Kid Flash se merecía algo mejor también. La etapa de Wolfman o incluso algún número de Young Justice no hubiera sido ningún disparate, pero no lo busquen porque tampoco lo encontrarán.
- En resumidas cuentas, si te gustan los Flash, por decirlo de algún modo, más clásicos, esta edición te dejará contento. De lo contrario, te recomiendo que busques las aventuras de la JLA, de Grant Morrison, con el mejor Wally West o, por lo menos menos, mi caracterización favorita. La JLA no se entendería de igual modo sin las constantes peleas entre él y Kyle Rayner, el único Linterna Verde por aquel entonces.

Edición de lujo
Lo que sí queda fuera de todo debate es el material extra que se incluye. Un artículo inicial de Fran San Rafael, seguido por el obituario de Alan Moore a Julie Schwartz, las portadas alternativas donde diversos dibujantes, como Ivan Reis, Kevin Nowlan, Michael Allred, Terry Dodson, Bruce Timm o Doug Mahnke, rinden tributo a Flash. También hay sitio para las bibliografías de los autores implicados en el proyecto, elaboradas por el mencionado Fran San Rafael y por David Fernández, los complementos necesarios para esta lectura.