Durante muchos años pensé que los “días de algo” eran una soberana sandez: “El día contra el VIH”, “El día de las enfermedades raras”, “El día del niño” y así un largo etcétera. Todos me parecían inyecciones peligrosas de hipocresía social. Ahora que entiendo un poco mejor a los medios de comunicación, sus manías y sus fobias, comprendo la importancia que tienen estas jornadas conmemorativas. Son la única manera (mediante la anécdota, por desgracia) de levantar la cabeza de la prensa de su habitual egocentrismo para así fomentar una mirada crítica hacia problemas reales pero silenciados. Como dirían los teóricos de la comunicación: “Solo así estos temas pueden entras en la Agenda”.

Así pues, hace unos años pensaba que el feminismo no debía festejar el Día de la Mujer, que era contradictorio con la causa del movimiento. Hoy, aunque sigo pensando parcialmente lo mismo, advierto la necesidad y la importancia de estos actos, ya que muchas veces son la única manera de alcanzar notoriedad dentro del debate público. Consecuentemente, pese a que nunca concebí que lo haría, estoy escribiendo aquí sobre un tema polémico que nos persigue desde la primera temporada al amparo de que es el Mes de la Mujer.
Marzo lo dedicaremos en La Milana Bonita a la “La voz femenina en la literatura”. Vamos a analizar obras icónicas como La señora Dalloway, de Virginia Woolf, Experta en magia, de Marion Zimmer Bradley y La voz dormida, de Dulce Chacón. Tocaremos así un clásico, una olvidada y una contemporánea, lo que por supuesto nos llevará a tratar el problema del machismo en la literatura (aunque durante los programas sea de manera tangencial, ya que los análisis se dedicarán principalmente a las obras). Por ende, antes de tener que debatir en las redes y de verme obligado a responder a preguntas maniqueas, creo que es el momento de soltar la liebre y de enfrentarme a la crítica más dura, más argumentada más repetida que se ha hecho en los últimos años.
¿Es La Milana Bonita machista? Una justificación y una disculpa
No, pero entendemos que alguien nos lo pueda echar en cara. Me explico. Si miramos la lista de libros analizados, podremos ver que existe una preponderancia estadística de varones. Esto se debe, desde mi punto de vista, a tres razones: la primera, el sistema literario-editorial es profundamente machista; la segunda, comenzamos jóvenes y sin una capacidad crítica suficiente para contrarrestar el canon académico; la tercera, siempre hemos sido un poco “ingenuos” (de manera intencionada) tratando de obviar a los escritores para centrarnos en las obras (odiamos la “crítica biográfica”).
La historia de la literatura como ya sabéis es amplia y, por desgracia, las voces femeninas han sido silenciadas de diversas maneras durante siglos. Principalmente, las voces femeninas han sido acalladas en la literatura mediante el ninguneo y mediante el veto. A las que fueron relegadas a un segundo plano, hoy las podemos recuperar tratando de salvaguardar cierta “justicia estética-ética” (los estudios culturales de género trabajan de manera provechosa en este campo). A las otras, a los talentos cercenados por la intransigencia que se perdieron sin coger una pluma, solo podemos imaginarlas. Este hecho ha provocado que el canon literario sea preponderantemente masculino y ante esto la acción social que podemos acometer es limitada. Por supuesto, que podemos tratar de revalorizar a aquellas escritoras injustamente enmarcadas en los márgenes (yo, personalmente, sigo mi particular cruzada en favor de la magistral Gloria Fuertes), pero las consecuencia del fuerte patriarcado cultural de Occidente nos perseguirán siempre. ¿Cómo recuperar la memoria de las que nunca escribieron porque el sistema no se lo permitió?

Con todo, nuestra actividad divulgadora sí que debe (y esto tratamos de hacer desde hace unos años) poner de manifiesto esta injusticia, para así denunciar la perversión del sistema. La misoginia del canon, de los jurados de los premios, de ciertos críticos y de ciertos editores es vergonzosa y debemos mantenernos atentos para combatirla. Por esta razón, nos queremos disculpar, ya que en los primeros años caímos involuntariamente en la trampa, tejida con seda e hilos de oro. No nos dimos cuenta.
Con esto no queremos decir que vayamos a hacer una crítica literaria cercana a los estudios culturales de género (no tenemos ni la formación ni el interés). Nuestro objetivo seguirá siendo el estudio de las obras, de las novelas, obviando en la media de lo posible los datos históricos-biográficos. Preferimos centrarnos también en el papel social que tiene hoy en día la Literatura y ahí, en este punto, sí que haremos todo lo que esté en nuestra mano por levantarnos frente a la estructura patriarcal y misógina que impregna todo el sistema del libro. Siempre será poco, lo sabemos, pero algo es algo.
Una reflexión necesaria. Es un tema difícil de abordar pero creo que tenemos que intentar luchar para que la igualdad sea real. Vosotros en vuestro papel de divulgadores y nosotros (y vosatros también, claro) como lectores. Yo particularmente, desde hace un tiempo, tengo el compromiso de que cuando compro un libro de un autor varón, busco otro de una autora. Así he descubierto grandes escritoras que de otra manera no hubiera conocido ya que como dices, la industria editorial es muy machista y la oferta y la publicidad está muy sesgada. Ahí os dejo mi estrategia.
Un saludo y enhorabuena por vuestro espacio.
El mundo editorial es machista puesto que la sociedad es machista. Y por eso se da más publicidad, valor y se ensalza más a los escritores hombre qur a las mujeres. Pero no es cierto que no se publiquen libros escritos por mujeres. Como muestra la librería mujeres en Madrid. Y estoy segura de que hay muchas más librerías feministas en España que solamente venden libros escritos por mujeres, como esta. Tienen la librería bien llena de libros de autoras exclusivamente.Es solo que no se las da el valor que merece y por lo tabto son invisibles.
No solo pasa con las mujeres, por otro lado, es difícil que nos venga a la cabeza o nos de por leer a un autor no blanco, ni occidental ni temátuca no hetero… nos perdemos mucho.
Me alegra que el programa incluya un especial. Y ojalá que no se quede solamente en eso, en un día, sino que sirva para revisar esquemas y cambiarlos. Y descubrir buenos libros y autoras.
Respecto al Día de la Mujer, tristemente es necesario, como muchos otros días, para hacer visible cosas que suelen ser invisvles el resto del año. Lo que pasa es que cuando nosotros no creemos que tenemos nada que reinvindicar, nos cuesta ver la importancia. Pero no es un día para que nos regalen flores,ni que nos digan que somos seres maravillosos, hermosas, que damos la vida y tal. Sino para recordar que la igualdad aún sigue lejos en Occidente. Y a años luz en el resto del mundo. Que en el 2016 seguimos demandando algunas cosas desde 1700 y que por lo que parece seguiremos unos cuantos años más.
Me encanta vuestro programa. Hacéis una labor inmensa.Más aún porque nace del simple amor a la lectura y los libros. No puedo, podemos, exigiros ni demandaros nada. Así que solo me queda aplaudiros por atreveros a revisaros. Es una de las cosas más difíciles . Y daros las gracias por crear este espacio.