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Hanakotoba, el lenguaje de las flores

Ay las palabras, qué haríamos sin ellas. Nos ayudan a configurar nuestra realidad, ¡qué digo! no solo nos ayudan, la construyen al 100%. El lenguaje nos arma, estructura y otorga personalidad propia. ¿Cuántas expresiones, palabras o situaciones se quedan en el limbo gramatical, y por tanto, existencial si no podemos darle presencia, forma o entidad? Hanakotoba, el lenguaje de las flores. Pequeño diccionario japonés para las cosas sin nombre nos permite ampliar nuestros horizontes para entender mejor el mundo en el que vivimos. Porque si en nuestro cajón mental comenzamos a introducir nuevos vocablos, entonces la mirada que mantenemos sobre la vida y las relaciones que creamos con nuestro entorno también se amplían y esta vez, lo hacen, con un claro sabor oriental.

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Hanakotoba para todos

Satori continúa agrandando su repertorio con material de calidad y hoy es Alex Pler el responsable de acercarnos a Japón con una selección de palabras para definir aquellas cosas sin nombre.

¿Cómo se lee un diccionario?

La presentación del libro nos permite leer cada palabra escrita en japonés con su correspondiente transcripción romanizada, pero lo bueno viene a continuación. Ahí es donde Alex Pler nos regala su particular interpretación sobre lo que significa el término, además de la traducción, tal cual, del vocablo. Hanakotoba. El lenguaje de las flores. Pequeño diccionario japonés para las cosas sin nombre es una lectura ideal para una tarde de verano. Un libro, aparentemente, sencillo, que oculta mucha reflexión de fondo. Cada término nos sumerge en su interior para traernos recuerdos, vivencias y emociones que, irremediablemente, nos evocan para que les asignemos un significado más personal.

El diccionario puede leerse como lo que es: una recopilación de palabras ordenadas con sus correspondientes definiciones, pero la lectura interesante es la otra: la de tomarla de forma reposada, con calma. Entonces sí podremos disfrutarla, cuando lo hagamos a cuentagotas y tengamos un minuto de sosiego, de calma, entre tanto ruido. Habrá expresiones que puedan sonarnos distantes, no olvidemos que el contexto geográfico y cultural es otro, pero no es lo que ocurre con la mayoría. A pesar de los miles de kilómetros y las diferencias hay algo que siempre nos acercará, con independencia de nuestra procedencia. Al fin y al cabo, no olvidemos que todos somos simples mortales que caminan sobre el mismo suelo.

Nemawashi o Seijaku son solo las puntas, los pretextos para sentir curiosidad por este diccionario nipón. Hay tantas palabras interesantes que si comenzamos a enumerarlas revelaríamos demasiada información y, desde aquí, ya sabemos que hay que fomentar la lectura del material original.

Para terminar

La sensación final tras cerrar la última página de este diccionario es la de que vivimos en mitad de lo que deseamos transmitir, sumergidos entre las líneas de lo queremos y…¿ no nos atrevemos a pronunciar en voz alta o escribir? Una buena motivación para no dejar de leer y seguir aprendiendo.  Que cada uno saque sus conclusiones.

¡Sayonara Baby!

 

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