Que la Bruja Escarlata es uno de los personajes más difíciles y complicados de entender e interpretar de todo el universo Marvel no es ningún misterio. Hermana de Quicksilver, el velocista plateado mutante y a veces vengador, e hija, al menos durante la mayor parte de su existencia, de Magneto; Wanda Maximoff ha tenido tantos cambios en su vida que sucumbir a la locura siempre debió contemplarse como una posibilidad. Por ello mismo seguir su camino no es tarea fácil, porque para hacerlo hay que tener en cuenta multitud de cabeceras, afiliaciones, amoríos y vueltas de sentido en un personaje tan cambiante como fascinante.
Wanda ha sido tanto vengadora como villana, roles que ha alternado según los caprichos editoriales del momento. No obstante, su punto de quiebra lo tuvo cuando atacó a sus compañeros de equipo, asesinó a unos cuantos, destruyó su mansión y erradicó a los mutantes. Y todo por culpa de unos hijos que nunca llegaban y que, con ayuda de la magia, había conseguido engendrar, aunque estos, finalmente, le fueran arrebatados. Descontrolada, perdida y sumida en una profunda depresión Wanda estallaría ante los superhéroes más poderosos derrotándolos a todos, hasta la intervención del Doctor Extraño.
Este fue uno de los combates más memorables de los últimos años y para leerlo solo tienen que hacerse con el tomo Vengadores Desunidos, una joyita que iniciaría una de las transformaciones más profundas en Marvel con la llegada del guionista Brian Michael Bendis. Después de muchas idas y venidas y una redención heroica por parte de Wanda, aquellos hijos volverían a reencarnarse para seguir los pasos de su madre.
Wiccan y Veloz
De los dos es Wiccan el más prometedor, un joven mutante con poderes mágicos destinado a hacer grandes cosas en la Casa de las Ideas. Incluso, muchos lo sitúan como futuro Hechicero Supremo, supliendo al conocido Doctor Extraño. El carismático brujo hace su primera aparición en el estreno de la cabecera Young Avengers en el año 2005 de la mano de Allan Heinberg y Jim Cheung. Sin embargo, para comprender su rocambolesca historia hay que remontarse atrás en el tiempo, cuando la Bruja Escarlata pretendía que su marido robot (sintezoide para ser exactos) le diera un primogénito. Sí, ese robot era La Visión.
Al margen de su no poco enrevesado pasado, Wiccan se ha erigido como uno de los miembros más importantes de los Young Avengers junto a su pareja Hulkling, un metamorfo, hijo del emblemático héroe Mar-Vell. Ambos partieron con un protagonismo destacado dentro del universo Marvel, pero con el paso de los años han ido perdiendo relevancia. Y si eso le ocurrió a Wiccan imaginen lo que puede haberle pasado a Veloz, una copia de su tío, sin demasiada personalidad y del que hubiera sido mejor que continuara en el cajón de un escritorio. Para comprender y seguir mejor estas historias deberían leer La cruzada de los niños con Allan Heinberg a los guiones y Jim Cheung a los dibujos, así como Jóvenes Vengadores nº3 presenta: Wiccan y Veloz. Lo cierto es que después de todo ambos personajes han tenido una trayectoria mediocre y sus presencias solamente han podido verse justificadas para detonar el cóctel de emociones que, tradicionalmente, ha sido la Bruja Escaralata. Fin de la historia.
Hoy Wanda es un personaje muy importante en el engranaje Marvel, dentro de Los Vengadores, pero también con una serie en solitario donde prometen ahondar en la extraña condición de sus poderes y en su relación con la brujería. Dejado atrás su flirteo con los malos y con algunos reajustes importantes escritos por Rick Remender, la nueva Wanda está aquí. Todo un acierto del que disfrutaremos en breve. ¿Pero qué ha sido de sus hijos perdidos? Pues eso, perdidos, donde pueden quedarse.