Hace no mucho nos preguntábamos sobre un problema que ha arrastrado el sistema editorial a lo largo de los siglos. Aún lo sigo haciendo, y por ello también reflexionamos sobre el hecho de que ese mismo problema nos ha salpicado, en cierto modo, a nosotros. Algunos considerarán aquel artículo, encuadrado en nuestra sección de ‘Debates‘, una justificación en cierto modo cobarde. No obstante, opinamos que un programa como el de hoy era necesario y teníamos muchas ganas de poder hacerlo. Arriesgado y bonito al mismo tiempo decidimos dedicar el mes de marzo a las escritoras bajo el título ‘Primera persona en femenino. Escritoras con nombre propio‘. Lo hemos hecho con el análisis de tres libros; La señora Dalloway, de Virginia Woolf; Experta en magia, de Marion Zimmer Bradley y La voz dormida, de Dulce Chacón.

Un clásico, una autora menos conocida y una contemporánea. Tres obras que nos sirven para reflexionar sobre el importantísimo papel de las mujeres en la literatura, sepultado intencionadamente a lo largo de los años. ¿Por qué? Esta y otras preguntas protagonizarán una Piedra Roseta con nuestro estilo de siempre pero abordando un tema que supone una enorme injusticia. ¿Por qué en más de 100 años de Premio Nobel solo han ganado el de Literatura 14 mujeres? Una cuestión que sacamos a colación también en La Pluma. Tras nuestro paso en La Palabra Escondida por las particularidades del lenguaje, que en cuestión de género también tiene mucha responsabilidad, no podía faltar una voz femenina en el programa. Por ello hemos invitado a charlar con nosotros a Angélica Tanarro, redactora jefe de Cultura de El Norte de Castilla, sobre periodismo y literatura.
Ya estaréis pensando también lo importantes que son los Textos con Contexto en este nuevo programa. Pues bien, no os queremos adelantar nada para que lo disfrutéis vosotros y nos deis vuestra opinión. A golpe de click, aquí lo tenéis:
¡La revolución ha comenzado!
Me sorprendió el comentario de Almudena Grandes sobre Moby Dick y que los tertulianos lo siguiesen. Jamás pensé en la ballena como hembra. La interpreté como símbolo, alegoría o simplemente el antagonista pero nunca se me ocurrió que fuera de género femenino. Pura curiosidad: ¿menciona Melville el sexo de la ballena en su obra? Sí es así, agradecería me indicarais en que lugar de la novela aparece. Un saludo y que la revolución continúe.
Al margen de disgustarme cualquier clasificación, ya sea literaria o en cualquier otro campo, atendiendo al sexo, he de reconocer que sí es cierto que a veces he disfrutado con obras que he pensado que no gustarían entre el público lector masculino. No he sido capaz de analizar hasta saber el porqué. Por otro lado, La campesina y La romana han sido dos lecturas recientes a las que , a ciegas, habría atribuído una autoría femenina. Están escritas en primera persona por sendas protagonistas, ambas mujeres. Alberto Moravia retrata magistralmente a ambas féminas. Sorprende que un hombre alcance tan hondo en ellas. Mi hija, que comparte conmigo esta idea, llegó a sorprenderse cuando supo de que dicho autor tenía pareja mujer. Pensaba que sería homosexual. Qué curioso. El amor conyugal es el título de otro de sus libros y también está escrito en primera persona, pero en esta ocasión se trata de un hombre. Pues, para que vean, el que menos me gustó de los tres. Aprovecho para compartir mi absoluta admiración por este autor. Para mi gusto, exquisito. Es de esos escritores o escritoras capaces de escribir con lo que yo llamo doble maestría, o mayor maestría, sería más bien. Para mi paladar alcanza mayor maestría y nivel aquel que con un lenguaje sencillo te alcanza en lo más hondo. Y da con la esencia de todo lo humano con un lenguaje absolutamente simple. En el otro extremo de lo que quiero expresar, para que se me entienda, estaría un Bourges. Sí, magnífico, desde luego. Pero, en mi corto entender, veo más meritorio, en cuanto a don artístico, lo otro. No precisar de un lenguaje artificioso y superarticulado para transmitir y llegar a donde hay que llegar, eso es otra vuelta de tuerca. Saludos desde el sur.
Al margen de que me disguste cualquier clasificación, ya sea literaria o en cualquier otro campo, atendiendo al sexo, he de reconocer que en ocasiones obras que me han gustado he descartado que fueran del agrado del público lector masculino. Desconozco las razones, pero es cierto que a veces he pensado, este libro, para mujeres. Por otro lado, La campesina y La romana, leídas recientemente por mí, en principio y a ciegas, jamás las hubiera atribuido a un escritor. Están escritas en primera persona, por sendas protagonistas, ambas mujeres, y sorprende y mucho que sea un hombre, Alberto Moravia, para ser exactos, quien les ponga voz. Mi hija que comparte esta idea se sorprendió cuando supo de la pareja real del autor, una mujer. Me comentó entonces que lo había presupuesto homosexual. Curioso. Luego le leí Amor conyugal, otro de sus libros en el que el protagonista es hombre y habla también en primera persona. Pues, curiosamente, fue este último el que menos me gustó de los tres. Aprovecho la ocasión para compartir mi admiración por este autor. Con un lenguaje sencillo, sin artificios ni nada , en principio, extraordinario es capaz de transmitir y llegar donde hay que llegar. Ahí veo yo que radica la genialidad de un escritor/a. En el extremo de lo que pretendo exponer , para que se me entienda, se situaría, por ej., un Borges. Sí, un maestro donde los haya, pero en mi opinión veo más meritorio lo otro. Es como otra vuelta de tuerca. Este Moravia retrata la esencia humana, femenina y masculina, con un relato tan sencillo y de una lectura tan amable que marca la diferencia entre gente que escribe y gente con ese don para hacerlo. Saludos desde el sur. Y gracias siempre por los programas.
Por cierto, Roberto, si es ese tu nombre, yo tampoco veo sentido a eso que comentas del sexo femenino atribuido a Moby Dick. Me parece querer interpretar donde no hay. No sé. Casualmente esta autora, Almudena G., representa también ejemplo cuando hablo del lenguaje superelaborado y minuciosamente escogido al que hacía referencia. Corazón helado, es lo único que le he leído. Me gustó, no digo que no. Además es ejemplo también de ese tipo de libros » para mujeres» referido. Pero desde luego que veo más genialidad en aquel otro tipo de escritura. Saludos.