Todo parece indicar que Cervantes y Shakespeare van a copar todos los suplementos culturales durante el próximo mes de abril. Ya avisamos hace unas semanas, se avecinan tiempos de conmemoraciones y alabanzas por lo que es mejor prepararse para el cataclismo. Vayan al supermercado, compren conservas para semanas (incluso meses) y háganse con novelas, de esas a las que los críticos y académicos suelen catalogar como «literatura menor». Si no tienen idea de qué comprar, déjennos aconsejarles: un buen partido puede ser la Trilogía de las Tierras de Jordi Sierra i Fabra; si buscan algo diferente les recomendamos Apocalipsis Island, de Vicente García; y si aún así no se encuentran satisfechos prueben con Lágrimas de luz, de Rafael Marín. Nosotros nos comprometemos a ir analizando estas obras a lo largo del mes de abril, para que así sea más fácil soportar el bombardeo de los 400 años.
Comenzamos esta serie de emisiones temáticas dedicadas a la ciencia ficción española de la mano de uno de los escritores más prolijos y leídos durante las últimas décadas en este país. Jordi Sierra i Fabra (1947) posee una enorme obra compuesta por más de 420 publicaciones. Entre esta asombrosa cifra se encuentran tres libros que conforman la Trilogía de las Tierras y que la han hecho ser (además de un superventas dentro del mercado juvenil) en un hito dentro de la ciencia ficción de este país. Estos son: …en un lugar llamado Tierra (1983), Regreso a un lugar llamado Tierra (1985), El testamento de un lugar llamado Tierra (1986).
La saga nos narra el devenir de una sociedad surgida tras el Gran Holocausto que acabó con toda posibilidad de vida en nuestro planeta, la Tierra. Así pues, hombres y máquinas se vieron obligados a migrar hasta Tierra 2, lugar en el que se constituyó el Sistema el cual se basa en la unidad y la igualdad hombre-máquina. El ser humano se dedica a disfrutar y las máquinas a trabajar y dirigir el país gracias a su imperturbable lógica. El grado de progreso parece ser difícil de superar, pero entonces ocurre un incidente que desestabiliza la base de la supuesta utopía: aparece una nave expedicionaria sin rumbo fijo. Dentro encuentran muerto al capitán 7-521 (una máquina) y dormido en un profundo sueño letárgico al asistente de vuelo Djub Ehr. La lógica parece indicar que se trata de un asesinato, pero el instinto de Hal Yakzubi (científico humano de enorme reputación) le hace creer en su inocencia. ¿Será este el principio del fin de la unidad hombre-máquina?
¡La revolución ha comenzado!