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Radiografía de una huida: reseña de ‘Una librería en Berlín’, de Françoise Frenkel

En Alemania y después en otros países de Europa, desde el momento en el que los nazis tomaron el poder en 1933, millones de personas, simplemente por su raza, religión, ideología o condición sexual, comenzaron a vivir una pesadilla que aún cuesta asimilar. No obstante, conviene recordarlo de vez en cuando, pues el paso del tiempo parece que ha suavizado lo que ocurrió en Europa a mediados del siglo XX y hoy nos tomamos a broma el ascenso de grupos de ultraderecha, que se expanden como cucarachas por nuestras ciudades y barrios. Para recordar la barbarie nazi conviene leer, y un ejemplar imprescindible en este sentido ha resultado ser ‘Una librería en Berlín’ (Seix Barral), de Françoise Frenkel.

En la novela, la propia Frenkel nos narra los acontecimientos que vivió desde que decidió asentarse en Berlín en 1921 dispuesta a cumplir su sueño de ser librera, fundando ‘La Maison du Livre’ junto a su marido Simon Raichenstein. Nacida en Polonia en 1889 y formada en Letras en la Sorbona de París, los libros fueron el verdadero amor de la autora, y la construcción de una librería de obras francesas en el corazón de Alemania, un logro cumplido. Sin embargo, la historia la cogió desprevenida, y el ascenso del nazismo junto al caldo de cultivo que estos estaban creando en pos del conflicto bélico llegó para llevarse por delante cualquier atisbo de felicidad. De Françoise y de muchos más.

En ‘Una librería en Berlín’ la autora nos va narrando como si de un diario de viaje se tratase, los diferentes acontecimientos que vivió. Lo hace de manera descarnada, casi espontánea, de manera que es fácil para el lector no solo creerse la historia que efectivamente fue real; sino experimentarla como un testigo más del horror. La acción se desarrolla rápidamente, como fue su periplo en busca de un refugio, y así conocemos desde los primeros pasos en la librería, cada vez con más clientes, hasta el momento en el que se ve obligada a abandonarla, acosada por los fanáticos que, poco después, serían dueños y señores del país germano.

Conocida imagen de Adolf Hitler en París en 1940

Era el año 1939 cuando la autora busca un lugar donde vivir en París, justo un día antes de la declaración de guerra. Desde ese momento, su vida (y el libro) se convierte en una constante huida. Niza, Vichy, castillos perdidos en la montaña francesa, la vista puesta en Suiza… Un trágico viaje cargado de detalles que nos permiten conocer de primera mano hasta dónde puede llegar la vileza humana. ‘Una librería en Berlín’ también es una gran oportunidad para todo lector interesado en la invasión de la propia Francia, periodo en el que la Zona Ocupada fue una filial nazi en Europa. Un episodio de la historia que en ocasiones pasamos por alto y que, gracias a obras como la de la propia Frenkel, el trabajo de Patrick Modiano (que por cierto prologa la novela hoy reseñada) o el de Irène Némirovsky, podemos recuperar para mantener viva la memoria.

Y he hablado de vileza sí, pero en la obra también podemos ser testigos de la bondad humana que, pese a todo, se mantiene firme frente al horror. Aquellos héroes anónimos que no dudaron en acoger a los perseguidos a pesar de poner en peligro su vida y aquellos que se mantuvieron de pie aun con todo perdido. La verosimilitud tan desgarradora que desprende la pluma de Frenkel es el gran fuerte de ‘Una librería Berlín’, una verosimilitud que sirve para darnos un bofetón en la cara, despertarnos y ser conscientes de que aún quedan muchas cucarachas. Quizás lo mejor que podemos desear es que no haya futuras Françoise Frenkel obligadas a narrarnos tan bien su huida del terror.

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