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El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre, de Atsushi Nakajima

Hay libros que atraen por el nombre de su autor, un reclamo intelectual (o comercial) que suele invocar a los lectores a su compra inmediata; otros lo  hacen por la fama que les precede, impulsados muchas veces por la prensa favorable. Y luego, luego están los auténticos desconocidos. En esta última categoría he de reconocer que estaba Atsushi Nakajima, al menos en mi vasta ignorancia, aunque eso sí: acompañado por un título sugerente y una ilustración evocadora. El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre, de Atsushi Nakajima es uno de los descubrimientos destacados del 2017: reflexivo, poético, instructivo, muy imaginativo y que profesa claramente un amor incontestable por el lenguaje.

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Portada de Hermida Editores

El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre es una recopilación de cuentos de este sorprendente autor oriental, un hombre obsesionado con el habla y las palabras de tal modo que no hay en él un solo relato que no plasme su pasión por estos temas.

La importancia del lenguaje

Momias, reyes, soldados, poetas y dioses se dan cita en un libro único y sencillo en el que la cuestión principal circunda sobre hasta qué punto nos condicionan los idiomas y el valor intrínseco de las palabras. No por nada uno de los cuentos más destacados se titula La catástrofe de las letras, donde presenciamos, nada más y nada menos, que a la deidad de las palabras en todo su esplendor.

Para los lectores occidentales puede resultar una experiencia mayúscula adentrarse en el mundo (o los mundos según se quiera ver) que nos presenta Atsushi Nakajima, pues sus relatos nos transportan a tierras fenicias, griegas y egipcias, pero bajo el claro prisma de Oriente. A veces el viaje puede ser abrumador, depende de cada quien, pero el resultado final es sumamente placentero. Una montaña rusa de personajes, épocas y reflexiones que siempre atesoran un último giro ligado al valor literario o a la lengua.

No obstante, si un relato devora a los demás ese sin duda sería La luna sobre la montaña, el más sólido de todos. Con un personaje protagonista que evoluciona y cae, que incluso llega a convertirse en algo más para comprender su mismísima existencia. Y así es como su mera presencia se transfigura en una representación imposible de las ambiciones de un literato ávido de reconocimiento, pero carente de otros anhelos. Bueno, precisamente, descubrir la transformación del poeta, en todos los sentidos, es uno de los atractivos de un cuento que se estudia y revisa en Japón asiduamente. Un cuento que deja huella y del que no te puedes olvidar con facilidad.

Atsushi Nakajima y su universo simbólico

El escritor se balancea entre la introspección y la dulzura, marcado por el peso que ha de cargar su protagonista a causa de la vanidad y la soberbia de quien se ofusca con el arte.  El poder narrativo del escritor nipón es absorbente y no puedes evitar desear leer más y más sobre él. En cada página nos regala un recorrido simbólico sobre lo que representa el verbo en su máxima expresión: un acto creador de vida, de universos sin fin. Una reflexión tan profunda como intensa, capaz de plasmar lo que representa la búsqueda de la inspiración, pero también de ese éxito tan anhelado, de esa necesidad por agradar al otro.

Atsushi Nakajima es un escritor con estilo propio, hijo de su patria pero con la capacidad para calar en cualquiera que se interese por su obra, una maravilla para los enamorados de las palabras. El escritor japonés falleció en 1942 con solo 33 años, después de haber viajado por China y Corea, países que influyeron en su obra como aquí queda plasmado. Llegó a publicar poesías, novelas y libros de relatos, pero en España, El poeta que rugió a la luna y se convirtió en tigre, traído por Hermida Editores y traducido por Makiko Mese y Daniel Villa Gracia, ha sido el primer libro que llega de este autor. Bravo una vez más Hermida Editores, por arriesgar y acertar. Solo nos queda rugir y esperar quién nos contesta.

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