Hace muchos años, el escritor vallisoletano Gustavo Martín Garzo compartió con La Milana Bonita una tarde de radio en el análisis de El guardián entre el centeno. Desde entonces, el tiempo ha pasado sin que volviéramos a dedicar un espacio a Garzo, un literato con una prosa tan limpia como adictiva, de esas que no nos dejan apartar nuestros ojos de la lectura que nos proponen. Hoy nos toca sumergirnos bajo el estanque y descubrir los misterios que se ocultan bajo sus aguas. La criatura nos espera.
La mujer y el monstruo, La forma del agua y La ofrenda, todo en uno
La ofrenda es un relato ideal para aquellos amantes de la película La mujer y el monstruo, de Jack Arnold (más conocida a nivel internacional como La criatura de la laguna negra) o la premiada, y más reciente, La forma del agua, de Guillermo del Toro. Gustavo Martín Garzo nos ofrece una historia donde todo destila homenaje a la película de 1954, pero que también lo es, aunque no haya sido su intención, al oscarizado film del cineasta mexicano. Las tres obras pueden leerse y verse como un juego de espejos, donde la criatura marina de Universal Pictures se refleja desde diferentes ópticas y momentos históricos, pero siempre siendo la misma. El argumento base de las tres representaciones no deja de ser una versión de La bella y la bestia, pero pasada por litros de agua, donde el amor, la aventura y el terror se dan la mano.
Todo lo que acabamos de exponer no deja de ser el principal y gran atractivo que tiene la novela, al permitirnos entrar dentro del fascinante mundo de los monstruos del cine de los años cincuenta, pero desde el prisma único que nos ofrece la literatura. No obstante, Gustavo Martín Garzo prefiere construir todo su relato en torno al misterio que gira alrededor de una criatura que se perfila más como una ensoñación que como un terror real ¿o no? Bueno, ahí radica buena parte de la precisión creativa con la que el escritor juega con nosotros como lectores, utilizando hábilmente a los narradores del relato.
El argumento de La ofrenda nos enseña a la protagonista, Patricia Ayala, una joven enfermera que viaja hasta Madagascar para aceptar un misterioso trabajo, que no es otro que estar a cargo de la anciana Rose Hansson. Tanto la detallada descripción, como los personajes que habitan en la isla inventada por Garzo son los principales atractivos que tiene una novela que se lee muy bien, pero que, por momentos, parece que le sobrasen unas cuantas páginas.
La ofrenda se centra en Patricia y en todos sus amantes, sus paseos por la isla y un sinfín de detalles que dan muestra de la capacidad imaginativa y descriptiva del escritor. Sin embargo, cuando nos referimos a la criatura marina nos falta información para comprender su historia y lo que, en principio, queríamos que fuera un relato centrado en el monstruo termina siéndolo en Patricia, sus sentimientos y deseos.
En conclusión
Como lector me han faltado más párrafos donde aparezca la criatura anfibia y menos que estén dedicados a las relaciones amorosas de la protagonista, aunque, seguramente, esta fuera, realmente, la intención del escritor: jugar con los monstruos para exponer las ensoñaciones y vivencias sexuales de Patricia. Sin lugar a dudas estamos ante una de las obras más interesantes de Garzo, no ya solo por su planteamiento, sino, y muy especialmente, por el pulcrísimo estilo con el que está narrada toda la novela. Una lectura amena, donde los personajes terminan alzándose por encima del argumento, pero también por encima de una criatura que pedía más renglones donde nadar bajo la atenta mirada del lector.
La Milana Bonita 