
Dejamos el primer número recopilatorio de La Liga de la Justicia: Grant Morrison, reseñado aquí cuando hablábamos de las mejores encarnaciones de Batman, para centrarnos en este segundo tomo que nos trae El vaivén de los tiempos (o La roca de los tiempos según las traducciones), la aparición de Prometeo y la guinda del pastel: una historia compartida entre la JLA y los WildC.A.T.S, el grupo de superhéroes creados por Jim Lee y Brandon Choi para la revolucionaria editorial Image en 1992. Si llegan al final del artículo les espera un vídeo con muchos recuerdos.
¿Qué encarnación de la JLA vamos a encontrar en el segundo volumen?
Dejamos al clásico Superman para darle la bienvenida al polémico Superman de energía: azul, eléctrico y sin capa, el Aquaman creado por Peter David o lo que es lo mismo un Aquaman más parecido a Poseidón que a un superhéroe, Flash y Green Lantern al estilo novatos, Detective Marciano, Batman, Wonder Woman, el ángel Zauriel, Plastic-Man, Green Arrow (Connor Hawke, el hijo de Oliver Queen) y…mucha atención: Aztek, un llamativo superhéroe con poderes vinculados a los dioses mexicanos, tal como lo leen. Estamos ante una versión de la JLA que, aunque mantenga una base sólida con los grandes emblemas de la editorial, baila a sus integrantes como si se tratara de una de las tantas formaciones de Los Vengadores de Marvel. Esta fue una de las principales características de la etapa de Grant Morrison y, para muchos, uno de sus principales atractivos.

Un poco de historia
Cansados ya del dominio Marvel, el cual restaba potestad a los equipos creativos y daba muy poco margen para el beneficio personal, Todd McFarlane, Rob Liefeld, Erik Larsen y tantos otros se fueron para fundar su propia editorial: Image Comics. Para que todos lo entiendan, por aquel entonces si un equipo de guionistas y dibujantes creaba un nuevo personaje, este era propiedad de Marvel, que podía hacer con su vida lo que quisiera. Esta nueva fábrica de cómics permitía que los creadores se quedaran con todos los derechos sobre sus creaciones dejando paso a un universo que nacía de cero, con personajes sin una historia preestablecida y la libertad para hacer, literalmente, lo que quisieran.
¿Cuántos personajes de aquella época nos encontramos hoy en día? Dentro de esta novedosa y arriesgada propuesta el dibujante Jim Lee, uno de los fundadores, creó WildStorm Studios donde dio vida a sus proyectos más personales: WildC.AT.S y Stormwatch. Pasado un tiempo el furor por los superhéroes hipermusculados y miradas asesinas cayó en picado y DC Comics terminó absorbiendo tanto a este como a otros coloridos grupos. Sin embargo, ahí sigue Image con Spawn, Invencible y The Walking Dead, entre un surtido número de cómics de calidad y notable prestigio.
JLA/WildC.A.T.S
La historia es tan previsible, maniquea y absurda como tantas otras que aprovechan cualquier excusa para congregar cuanto superhéroe se ponga por delante. ¿Y qué? Tampoco es que nos importe demasiado, ya sabemos que estamos ante unas reuniones donde, básicamente, trataremos de pasar un rato entretenido viendo luchar a un montón de tipos en mallas. El comienzo de la historia, con los recurrentes viajes en el tiempo y una versión joven de Flash, prometía bastante más de lo que sería el resultado final. Eso sí, no nos hubiese importado contar con los lápices de Jim Lee, el padre del equipo y genio y figura a la hora de construir viñetas espectaculares. Val Semeiks dibuja una versión de los personajes cumplidora, pero carente del dinamismo y la grandiosidad a las que nos tenía acostumbrados Jim Lee.
En el número faltan varios de los miembros originales de los WildC.A.T.S, como Warblade, Lord Em y Hadrian, pero sí están Maul, Void, Zealot, el carismático Grifter y Mr. Majestic con quien, incluso, Alan Moore decidió trabajar hace años. Un quehacer que también haría durante cierta etapa del equipo. Los mejores momentos nos los dejan Maul, una especie de Hulk que cuanto más crece más tonto se vuelve; Grifter, un pistolero enmascarado vestido con la ya clásica gabardina detectivesca, quien no tarda en vérselas con Batman a las primeras de cambio y Zealot, una poderosa guerrera que intenta luchar de igual a igual contra Wonder Woman, aunque, como hemos dicho, solo lo intenta.
Sabemos que la nostalgia es una poderosa amiga para llamar la atención de los aficionados que disfrutaron con un grupo muy llamativo en lo visual, pero que resultaron sumamente insustanciales en su argumento. A día de hoy no recuerdo ninguna de sus historias, pero sí retengo varias improntas visuales de sus héroes y heroínas. Pobres WildC.A.T.S, ni siquiera después de la unión al universo DC han conseguido ser rentables convirtiéndose en auténticas reliquias de otro tiempo. Tan solo Grifter parece adaptarse, pero muy tímidamente a través de Flashpoint. El resto por ahí anda, dando tumbos entre diferentes colecciones o guardados en un cajón. Los coletazos de los años 90 no dejan de perseguirnos y de seguro este no será el último.
Aquí la sorpresa:
Una Columna sin desperdicio.
Sin duda la mejor etapa de WILDCATS fueron los arcos en lo que trabajo el Barbeta Moore con el arte de un ascendente Travis Charest que se alejo del estilo gráfico «clon» a lo Jim Lee para empezar a meterse en la experimentación y las influencias del comic europeo, que años después lo colocaría a trabajar con Jodoroswky y su Metabaron logrando un cóctel explosivo. Y una vez que WILDstorm fuese absorbida x DC comics, caben destacar las Miniseries de Grifter como PointBreak y aquellos Crossovers donde los WILDCATS se enfrentaron a los Aliens (Dark Horse), dando paso al titulo que se conoció como Stormwatch y posteriormente la aplaudida (me quedo corto diciendo esto) The Authority de Warren Ellis y Bryan Hitch.
Sin lugar a dudas The Authority lo dejamos en otro sitio, sin tocar si puede ser. Sobre todo el primer volumen, muy bueno, épico. Ya lo que han hecho con los personajes después de la fusión con DC Comics es más discutible. La nueva Stormwatch tampoco me convence ni lo que han hecho con Apollo o Midnighter. Grifter tiene algo, por ello se mantiene a flote y si está Ed Brubaker en la historia entonces ya tenemos un motivo de peso para extender tu recomendación. Grandes nombres los que citas, como siempre . Gracias, otra vez, por tu comentario. ¡Un saludo!