Escribir sobre Neil Gaiman es hacerlo sobre uno de los escritores y guionistas más prestigiosos de la actualidad. Desde cómics como Orquídea Negra, Los libros de la magia o novelas como Coraline y American Gods, este escritor británico ha demostrado en cada ocasión que se le ha presentado que su talento y su capacidad para imaginar mundos fantásticos no tiene fin. The Sandman siempre ha sido su obra más conocida, una serie de historias donde se mezclaría tanto el terror como lo fantástico para relatarnos la vida de Sueño, la personificación antropomórfica de los sueños. Una colección compuesta por 75 números para descubrir la personalidad conflictiva, cruel, ambigua y generosa de un personaje fascinante. En su andar no solo conoceremos a Sueño, también al resto de su familia: los Eternos. Un grupo compuesto por los hermanos Destino, Muerte, Destrucción, Deseo, Desespero y Delirio. A través de la lectura de The Sandman podremos viajar como espectadores de lujo entre el reino de Morfeo y el de la vigilia, al que pertenecemos los humanos, pero también habría tiempo para columpiarse por el Infierno o Asgard.

Después del fin de la colección, en 1996, y como motivo del 20 aniversario de la obra, P. Craig Russell adaptó como novela gráfica un cuento ilustrado por Yoshitaka Amano y escrito por Neil Gaiman en 1999 : Sandman: Los cazadores de sueños. Una historia ambientada en el Japón feudal en el que somos testigos de la historia de amor entre una zorra y un joven monje budista. Mitad fábula, mitad historia de venganza, Sandman: Los cazadores de sueños nos ofrece una nueva incursión en el universo narrativo del personaje más famoso del escritor británico.
Cuando el zorro descubre una conspiración para atrapar al monje en el interior de un sueño, se sacrifica y toma el lugar de su amado. Enternecido por la acción del espíritu, el monje emprende un viaje al reino de Morfeo con la intención de liberar al zorro cautivo. Espléndidamente escrita y soberbiamente dibujada, esta obra sumerge al lector en el universo creativo de dos autores extraordinarios.
La participación de Morfeo en el relato se produce cuando la zorra, enamorada del monje, intenta salvarle la vida en el momento en que una tribu de demonios amenaza la vida de su amado. La historia se fragmenta en dos para ofrecernos una lectura que transita entre la fábula clásica, con animales y moralejas, y una mucho más adulta y retorcida. De la obra podrán disfrutar todos por igual, ya que no hace falta tener conocimientos previos del cómic para entender una historia que nos ofrece a Sueño con un toque muy oriental.

Al final, Morfeo teje la telaraña alrededor de seres mágicos y simples mortales al son de su voluntad. Las reglas del mundo de los sueños le pertenecen única y exclusivamente, como una prolongación de su vestimenta. Una norma que Yoshitaka Amano parece haber comprendido a la perfección, plausible en su visión de Morfeo y los habitantes de la vigilia. Cuando termines de leer la historia seguramente te inunde un profundo sabor agridulce porque sabremos que no se ha impartido la justicia que todos esperábamos ¿pero cuándo se adjudica esta realmente? No hay grandes victorias ni finales grandilocuentes, tan solo las enseñanzas que únicamente un dios puede comprender.