
Podríamos decir que una de las principales características del periodismo gonzo es que sus autores no son periodistas al cien por cien objetivos, valga la redundancia porque esto es algo que ya sabemos de antemano, sino que han decidido involucrarse por completo en la historia, basando el cien por cien de la narración en el «yo» o lo que es lo mismo en este caso: bajo el prisma de Spider Jerusalem.
El primer volumen del que hoy vamos a hablarles, Pasión por vivir, nos trae un conjunto de historias tan diferentes como interesantes. Por un lado tenemos tres relatos autoconclusivos, cuánto se agradece, centrados en expandir el universo cyberpunk en el que transcurre la serie. Los restantes nos presentan una historia donde volvemos a visitar el pasado de nuestro protagonista y, entre otras cosas, el de su «querido» editor Mitchell Roy.

Warren Ellis se muestra tal cual es, un escritor sin tapujos en alzar la voz contra lo peor del ser humano. Toda una declaración de intenciones firmada y sellada con el trabajo de Darick Robertson, el complemento ideal para el guionista, que con su dibujo representa mejor que nadie los guiones de Ellis, sucios y violentos hasta la médula. No es difícil ser mordaz o cruel, pero hacerlo con elegancia, inteligencia y, en fin, un poco de estilo no está al alcance de todos. Tres relatos de ciencia ficción, donde nos encontramos con conceptos tan jugosos como los de la transferencia de mentes o la existencia de una máquina capaz de recrear lugares y tiempos concretos ¿Qué más se puede pedir? ¡Ah! Resultan imperdibles los intentos de Spider Jerusalem por obtener, al menos, una conquista femenina ¡Humor socarrón a raudales! La historia que cierra el volumen ahonda en el pasado de nuestro periodista favorito, presentándonos más conceptos futuristas y alocados, además de una larga lista de asuntos pendientes a los que Spider Jerusalem deberá hacer frente. Personalmente me quedo con las historias autoconclusivas del comienzo, muy amenas, entretenidas y siempre introspectivas.
… 12 números (los seis del volumen anterior más los presentes) y un año después de su estreno bajo el sello Hélix, la serie pasaría a Vértigo para convertirse en una de sus caras más conocidas…

Y llegamos a El año del cabrón, un tomo que profundiza en el tema político al colocar a Spider Jerusalem como principal responsable de la cobertura de las elecciones presidenciales. El actual presidente, Bob Heller mejor conocido como La Bestia, versus el aspirante, Callahan, el hombre de la eterna sonrisa. Para complicarlo todo un poco más entra en escena una nueva ayudante, Yelena, que sustituye a la incombustible becaria Channon. La introducción de Yelena nos permite conocer al reportero desde una nueva perspectiva, revelándonos el por qué de su consumo indiscriminado de drogas, entre otras sorpresas. En El año del cabrón nos hallamos ante una historia que denuncia el sistema electoral, desde nuestro papel como votantes acomodados a la clase política en general, sin ninguna esperanza de cambio.
Como buen cómic de Warren Ellis el tema político lo impregna todo, desde la primera página, y solo Spider Jerusalem puede desenmascarar las patrañas del sistema económico en el que vive su sociedad. La verdad, esa extraña amiga que el periodismo intenta atrapar, es solo una de las tantas enseñanzas morales sobre la profesión en Transmetropolitan. Un cómic hecho para todos, pero que los periodistas pueden disfrutar todavía un poco más ¿Te lo vas a perder?