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#DebateMilana: Sobre el arte incómodo y los titiriteros “terroristas”

Los recientes sucesos que se han vivido en España nos obligan a adelantar este mes el #debatemilana. No podíamos dejar pasar la oportunidad, ya que el encarcelamiento y el juicio mediático que han sufrido (y seguirán sufriendo) los miembros de la compañía de teatro Títeres desde Abajo nos pueden definir como sociedad. Es más, me atrevería a decir que detrás de todo este revuelo lo que en realidad se esconde es una pregunta que últimamente ha sido relegada en medio de la gigante impostura cultural que vivimos. Esta es: ¿qué utilidad tiene el arte?

Antecedentes

Cartel la redondaEstos titiriteros no han sido los primeros ni serán los últimos artistas encarcelados por alguna de sus obras. La Historia de la Literatura nos ha dejado sonados ejemplos que de manera rutinaria se mencionan en las clases universitarias o de bachillerato como meras anécdotas. «Casos como los juicios de Flaubert o Baudelaire nunca se repetirán en nuestro tiempo, nosotros somos mucho más tolerantes», piensan algunos. ¿Seguro? No, claro que no.

Si miramos atrás con una visión crítica, podríamos establecer un punto de unión entre los juicios a estos dos escritores franceses, la persecución a Salman Rushdie, la censura editorial a Bret Easton Ellis y la polémica española de los titiriteros que, según la caverna mediática, enaltecían el terrorismo. En todos ellos se observa que el conflicto surge cuando una persona o grupo de personas se enfrentan a un valor ético, moral o religioso profundamente asentado en la sociedad del momento. Por esta razón, cuando Flaubert escribió una novela sobre el “adulterio” (hay que ser muy cateto para simplificar esta obra así) las fuerzas de control destinadas a mantener el orden establecido cayeron sobre él como perros de presa. Como ya he dicho, no fue un caso aislado en la historia y los seguirá habiendo periódicamente porque cada cierto tiempo algún artista meterá el dedo en la llaga tratándose de saltar las vallas que protegen el terreno virgen de la «esencia».

Hablar de los casos de pederastia de la Iglesia Católica ya no es polémico, tampoco lo es relatar una historia incestuosa o de adúlteros. Podemos hablar sin complejos también de la eutanasia o del papel de los americanos en Afganistán. Las diferentes orientaciones sexuales están a la orden del día y, por qué no decirlo, los hombres ya pueden llorar y las mujeres criar a un hijo solas sin ningún tipo de problema. Ahora, tengan ustedes mucho cuidado si hablan del terrorismo en Occidente, porque puede aparecer el pesado de siempre que grite: “¡¿Pero es que nadie piensa en las víctimas?!”.

¿Libertad de expresión o libertad de creación?

Estos días, como consecuencia del caso de los titiriteros, escucho a muchas personas hablar de que su enjuiciamiento es una atentado a la “libertad de expresión”. Puede ser. Ahora, desde mi punto de vista hay algo aún más grave, ya que esta decisión judicial supone una vulneración de la libertad de creación artística. ¿Dónde radica la diferencia? Bueno, esta es una pregunta que los teóricos de la literatura llevan varios años planteándose.

¿Cuántas de las personas que leen una novela, ven una obra de teatro o disfrutan de un poemario consideran que esa voz misteriosa es una proyección del escritor? Si observamos las preguntas habituales que suelen hacer los malos periodistas en las entrevistas culturales, parece que son muchas, muchísimas. Me explico. ¿Han leído o escuchado alguna vez aquello de que “el escritor relata esto así porque en ese momento de su vida pasaba por una mala/buena racha»? Pues bien, esta idea de que el narrador (diegético o extradiegético, es decir, desde dentro de la trama o desde fuera) es una copia ficcional del escritor se ha enseñado mal durante muchos años y, de aquellos polvos estos lodos.

La no distinción entre narrador y autor nos han traído a este sinsentido vergonzante. Por decirlo claro, es de catetos acusar a unos individuos de enaltecimiento al terrorismo porque una marioneta en su obra porte una pancarta en la que rece “Gora Alka Eta”. Ya no importa ni el argumento, ni la valoración estética. Solo importa comprender que aunque un escritor o guionista construya al personaje más repulsivo o realice la obra más salvaje llena de asesinatos y salidas de tono, nosotros como sociedad deberemos aceptarla y como individuos criticarla. El debate ideológico y estético es sano, y el arte tiene la sana de manía de provocarlo. ¿Queremos acabar con ello?

Al final, el arte siempre triunfa

Para concluir, quería terminar con algo positivo para dejar un buen sabor de boca. A los titiriteros les han liberado y, seguramente, el juicio que se celebre en un futuro remoto sea un mero trámite del que saldrán exculpados (no soy juristas así que hablo por intuición y sentido común). Ahora bien, la obra (buena o mala, no lo sé porque no la he visto) se ha convertido en un símbolo efímero y ha conseguido cumplir con su objetivo. La trama de este pequeño espectáculo describía como un estado policial y represor trataba de quitarse de en medio a una bruja, personaje incómodo dónde los haya. Para ello, tratan de crear una trama criminal en torno a ella con pruebas falsas y argumentos falaces… Lo dicho, ¡que el arte siempre vence!

10 comentarios

  1. No comparto en absoluto su visión del asunto. Para nada. Qué triste sorpresa. No todo vale, no. No creo que sea comparable conceptos como el adulterio con los relacionados con la violencia. Algunos valores son atemporales y no creo que esté el horno para bollos, mucho menos con los niños por medio. Qué triste todo. Qué necesidad. Qué intención. Qué les hace decidir a esta gente elegir un guión así. No habrá temas que trabajar y recrear en los guiñoles para optar por este tipo de trabajos.

    1. Estimada Isa:
      No podemos estar de acuerdo en todo 🙂 Ahora, sí que me gustaría decirte que en el fondo nuestras opiniones son más parecidas de lo que te piensas. Vamos por partes.
      1. Sobre los niños: completamente de acuerdo en que fue un error que se representara esa obra ante un auditorio con niños pequeños. Habrá que ver de quién es la culpa y se tendrán que asumir responsabilidades (creo que ya han pedido perdón y que han cesado a los dos programadores de cultura).

      2. Sobre la comparación entre el adulterio y la violencia: lo que trato de explicar en este artículo es que cada etapa histórica suele tener sus temas tabú. Por ejemplo, en sociedades tan puritanas como la norteamericana del XIX, la francesa o en la Española, el adulterio era un tema tan tabú como lo es hoy en día la violencia/terrorismo. Mi intención en esta opinión era explicar que cada cierto tiempo un escritor pondrá en tela de juicio esos «lugares de la esencia» y esto causará sonoro revuelo.

      3. Sobre la obra (no la he visto) puedo comprender que te parezca de mal gusto o inadecuada… Eso es un juicio estético y artístico individual que cada cual nos podemos hacer. Por ejemplo, a mí me parece un poco pasada de rosca Trainspotting y a Nacho le encanta; podemos discutir sobre esto o aquello como personas activas mentalmente, lo cual es muy sano.

      4. El punto principal que trataba de explicar es que lo que se ha producido en España no ha sido una polémica artística, sino que a estos muchachos se les ha encarcelado y esto, solo esto, es lo que me parece una catetada. Por dos razones:
      4.1 No se puede confundir al autor con el narrador. El arte tiene la posibilidad de ponernos en situaciones límites que nos emocionan o nos llevan a la reflexión. Para ello se pueden crear imágenes violentas, asesinos, depravados sexuales, genocidas políticos, etc. Pues bien, el hecho de que aparezca uno de estos en una trama no significa que el escritor lo defienda. Son «herramientas» narrativas para contar una historia.
      Por lo tanto, no debato aquí sobre la libertad de expresión sino sobre la libertad de creación.

      4.2 La decisión judicial ha generado un clima de enfrentamiento tan alto que ha permitido dar más voz a los artistas. Por eso termino con aquello de que el arte siempre triunfa.

      Espero aclarar y matizar mis opiniones. Muchas gracias por seguirnos y un fuerte abrazo.

  2. Por cierto, al parecer, estoy en el lugar que me corresponde, siempre me gustaron los catetos. Esos que ven arte en actuaciones como » si me pongo pesao me lo dices».

  3. Con el argumento de la libertad de creación…, ¿sería tolerable una farsa satírica sobre las desapariciones forzosas durante la Junta Militar Argentina?…

    Hay cosas que no pueden ampararse bajo ningún paraguas… Si yo abordo un tema delicado, (el Holocausto, por ejemplo), aunque lo haga de forma satírica o utilizando el humor negro, tengo que dejar muy claro en el trasfondo que ni apoyo el exterminio, ni soy un revisionista, ni «los nazis tenían razón»…

    Si dejo abierta la posibilidad de interpretación, (los jueces y la policía se inventan las pruebas, encarcelan a inocentes, y están por encima de la Ley…), no puedo pretender camuflar lo que es claramente un acto de propaganda y apoyo, bajo el paraguas de el «arte creativo»…

    Un saludo.

    1. No sería algo de mi gusto, pero creo que deberíamos aceptarlo para poder luego criticarlo estéticamente e ideológicamente. Si nos aferramos a las cuestiones ideológicas para permitir una u otra obra, considero que no estaremos muy lejos del radicalismo que, por ejemplo, practican algunas religiones imponiendo su visión del mundo. Me explico, un católico puede pensar que el aborto es un acto deleznable, etc… Podrá manifestarse y hacer todo lo que quiera, ahora, no considero que tenga derecho a exigirme a mí como narrador que no hable de los abortos en un relato o novela.

      Es la obra la que habla, no el autor. Tener que justificar ideológicamente una parte de la trama para evitar herir sensibilidades creo que es poner demasiadas cortapisas al arte.

      Un saludo

  4. Ay!, don Víctor, para empezar no sabe el bálsamo que ha podido significar para mí su detallada respuesta y esfuerzo por hacerse entender, explicar o aclarar. La razón de este alivio, la misma que produjera aye
    r la tristeza en mi ánimo la lectura de su artículo, la estima y reconocimiento que le tengo. Dicho esto, alguna reflexión al respecto, más que nada por expresar mi pensamiento, sin ánimo ni propósito ( faltaría!) de convencer a nadie, cierta edad y la experiencia que conlleva nos demuestra que cambios de postura en temas como éste, por ejemplo, ni se dan ni nos afectan, se observa las reacciones de los demás y se asumen éstas como un espectáculo( hace poco leí esto, creo que a Carmen Gaite y empaticé mucho con esa reflexión). Aún deberé cumplir algún que otro año más para conseguir que nome afecte en absoluto anímicamente. Si tan artistas son, hubieran demostrado su capacidad de improvisación a la vez que su talla intelectual( por su capacidad de adaptaci9n) amoldándose al perfil del público que se encontraron delante e improvisando un guión sobre la marcha más adecuado, con una bruja de por medio las posibilidades eran infinitas. Y, por otra parte, el autor no es el actor o personaje de su obra, hasta ahí llegamos hasta los catetos del sur, pero la selección o elección de los temas o guiones sí los elige. Bueno, que voy a parecerme al amigo de Juan, el del Falla, y no quisiera ser pesada. Saludos y agradecimientos por su atención siempre respetuosa y amable. Abrazos y besos desde el sur. Por aquí empatizamos más con este tipo de manifestaciones.

  5. Usted o alguien es capaz de imaginar una sociedad futurible medianamente aceptable en la que el terrorismo se observara sin enjuiciamiento moral severo como puede suceder hoy día por ejemplo con el adulterio?? Nuestra sociedad actual se muestra tolerante ante asuntos, como el adulterio o la homosexualidad, que antaño eran tan tabú o censurados. Se imagina una sociedad aceptable dentro de muchos años con un terrorismo tolerado ?? Por mucho tiempo que pase…por muchos años que se echen encima…A eso me referí cuando hablé de valores atemporales y de la falta de acierto en comparar según qué cosas. Saludos y más besos.

    1. Querida Isa, vuelvo sobre mi comentario de antes para decirle que puede estar de acuerdo con usted, que podemos si quiere criticar a los titiriteros por una falta de «decoro», así lo llamaban los clásicos. Pero esto será una crítica artística o personal, nunca una judicialización de la obra en sí. Por un lado está la crítica, que es donde nos movemos usted y yo; y por otro lado, el mundo judicial. A este segundo es al que me refería, ya que considero que ha sido un completo error por parte del juez Moreno el acusar a los sujetos de «enaltecimiento del terrorismo». En el apartado de la crítica, sus comentarios me parecen comprensibles y puedo llegar a compartirlos; ahora, que esto tenga una derivada judicial es lo que me parece absurdo y de pandereta. En mi opinión, lo repito, es una catetada de este juez.

      En segundo lugar, creo que debemos ser permisivos con el arte y su desarrollo. El Holocausto ha sido la etapa más traumática de nuestra era, y gracia al arte podemos llegar a comprenderlo. Lo mismo opino sobre el terrorismo, pero antes de seguir con este argumento, un breve matiz: la obra versaba sobre la represión policial no sobre el terrorismo. Ahora, recupero lo anterior. Considero que también es muy importante que haya obras que hablen del terrorismo desde todos los puntos de vista: ¿qué lleva a una persona a matar? ¿Por qué alguien es capaz de inmolarse? ¿Dónde están las causas, y las consecuencias? Todas estas preguntas considero que solo pueden llegar a ser contestadas en su complejidad por el arte. Y yo, personalmente, espero que sean incluso más los artistas que entren en estos temas incómdos para así empezar a construir una visión crítica y reposada sobre los terribles momentos en los que vivimos.

      Un saludo

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