¿Quién quiere más Hellblazer? Seguimos repasando la impresionante colección del mago más famoso del cómic.
La visión de Jamie Delano
Por suerte para los fieles seguidores de John Constantine llega la recopilación de la etapa de Jamie Delano en un voluminoso tomo traído por ECC. Esta no es una fase cualquiera en el personaje, más bien estamos ante una de las principales por varios motivos, entre ellos, que Jamie Delano fue quien tuvo que continuar el legado dejado por Alan Moore, después de la primera aparición de Constantine en un ejemplar de La cosa del pantano. El guionista británico, cómo no, se encargaría de cimentar los rasgos característicos del personaje legados por Moore. Así se construye su pasado, unos mimbres lógicos para su conducta pendenciera, junto a los hoy tan conocidos personajes secundarios como Chas y Papa Midnite.
Si a esta altura del texto alguien se preguntaba si Delano recuperaría a La cosa del pantano, la respuesta es afirmativa, sí, también hay aquí ración extra del elemental de la naturaleza. Para la ocasión se nos cuenta una historia en la que el verdoso pide prestado el cuerpo de John para procrear junto a su novia humana. ¿Algún sorprendido? Para muchos de los lectores que se hayan subido al carro de Hellblazer en los números más avanzados de su historia, descubrirán gustosos muchos de los secretos y referencias en estas páginas. Fantasmas aterradores que explican buena parte de su conducta.
Los primeros números de la serie están dibujados por John Ridgway, todo muy sucio, con mucha sombra y línea molesta, que encaja perfectamente con el tono de los relatos, pero especialmente, con el de John Constantine. Fóbicos a los insectos abstenerse. Luego sería la oportunidad para Richard Piers Rayner, un dibujante diferente a su predecesor, especialmente, por una limpieza visual que, también, cuadran bien con el tono de las historias. Por aquel entonces la industria del cómic parecía algo más lógica…Si hay algún lector amante de David Lloyd y V de Vendetta, también está en un buen momento para acercarse a este tomo, ya que ilustra estupendamente una de las historias breves que aquí se recogen.
Turno para Paul Jenkins
Desde que se produjera su debut John se parecía mucho al músico Sting y apenas sabíamos nada de él, salvo que era inglés y que le gustaba todo eso de la magia. Iniciada su andadura en solitario en Hellblazer, tras muchos números de su propia serie y después que Jamie Delano diera forma a su personalidad comenzaría de verdad la estupenda colección que tenemos delante. Uno de los rasgos principales en su andadura por la serie lo encontrábamos en las trabajadas narraciones que se incluían en las cajas de textos, un elemento que recoge Paul Jenkins para convertirlo también en una de sus marcas distintivas.
Jenkins recupera ese lirismo en los textos de apoyo, pero suavizando su tono y quitándole parte de esa fuerte carga política con la que les imprimía Delano. El resultado pierde en la comparación porque, evidentemente, omite de modo voluntario darle una mayor profundidad y trasfondo al personaje y su entorno. Eso sí, aunque decida combinar todo ello con una buena dosis de humor negro, el John de Jenkins es demasiado melancólico y triste, demasiado carcomido por la culpabilidad. Paul Jenkins estuvo en Hellblazer durante cuatro largos años, algo casi impensable hoy en día, donde los escritores duran apenas unos cuantos números, salvo destacadas excepciones. Para el apartado gráfico contó con el arte de Sean Philips, un dibujante que ya hemos visto por aquí cuando escribimos sobre The Wake (El resurgir) y del que podemos decir que cumple de sobra con su trabajo, aunque desde por aquel entonces, hasta sus nuevas aportaciones al mundo del cómic, se nota mucho su evolución, a mejor.
El tomo concluye con una historia titulada En la línea de fuego. Un relato de amor imposible en tiempos de la Segunda Guerra Mundial, con mucha crítica social sobre temas, tristemente, muy actuales todavía. El dibujo de Sean Phillips y los textos de Jenkins calzan a la perfección en una historia más emotiva de lo que acostumbramos a encontrarnos en las páginas del mago más pendenciero del cómic. Buena dupla que, sin embargo, no consigue superar la clásica etapa de Jamie Delano y su equipo de dibujantes.
¿Y para vosotros quién ha ganado?