Quienes nos siguen desde hace años ya saben que es un clásico que Neil Gaiman se pasee, de tanto en tanto, por La Milana Bonita. Hemos escrito sobre sus cómics, sus libros e incluso le hemos dedicado un programa de radio. Hoy vamos a cambiar la dinámica para contarles cómo le interpretan otros autores cuando deben adaptar sus historias, porque de eso se trata Criaturas de la noche, la adaptación a los relatos de Neil Gaiman hechos por Michael Zulli.
Cosa de cuentos
Los relatos que se incluyen forman parte de la antología Humo y espejos, de Neil Gaiman. Si bien allí no vemos al autor en su plenitud, el libro contiene joyitas como las presentes. El precio inaugura el tomo, unas 20 páginas, que nos presenta la vida de un escritor y un gato negro. En esta adaptación encontraremos personajes bien construidos, coherentes y atractivos para el lector. Ya sabemos la debilidad que siente el escritor inglés por los felinos, no por nada ha llegado a representar a Morfeo bajo esta apariencia. Intriga y buen ritmo, marca de la casa, recorren los cimientos de una historia completa, de esas que no quedan del todo resuelta y que te dejan pensando…

El segundo relato, titulado La Hija de los Búhos es ligeramente similar a El precio, pero en esta ocasión su protagonista resulta ser un recién nacido abandonado. A partir de él nacen una serie de interpretaciones y reflexiones en torno a las diferentes actitudes que adoptan los habitantes de un pueblo. Relato profundo y muy crítico con el hombre, todo ello ambientado en una época convulsa y clasista.
Cosa de Michael Zulli
Cuando se abren las páginas de esta edición parece que estamos ante un cuadro por su estilo pictórico. Los que conozcan a Zulli no estarán muy sorprendidos, ya que su trazo es bien característico por su alto nivel artístico. A Neil Gaiman, como ya saben, le interesan este tipo de artistas, raros y fuera de lo convencional dentro del panorama del mainstream. A todos nos quedará en la retina el trabajo que ambos ya realizaron en aquella etapa final de The Sandman, como fue El velatorio. Sus ilustraciones son tan bonitas como inquietantes, como siempre ha hecho, fiel a su estilo. Desde luego, estamos ante un trabajo que solo se merece bellas palabras, porque así es su trazo.
Al volverlos a encontrar aquí, en Criaturas de la noche, podemos ver que la química entre autor y dibujante es absoluta, llegando a un alto grado de compenetración y ensamblaje; lo que, en líneas generales, da una sensación de fluidez narrativa a todos los niveles. Historia y dibujo parecen estar construidos por la misma mano, cuando, evidentemente, son más de una. Cosas que pasan cuando Neil Gaiman hace de las suyas, cosas del talento y un poco de magia. Desde aquí invitamos a todos los seguidores del inglés a hacerse con el presente ejemplar.
Extra: Quienes sientan curiosidad por el trabajo de Michael Zulli lo pueden encontrar detrás de personajes como Starman, Batman o Las Tortugas ninjas, entre sus trabajos más comerciales.