La vida de Wally West sigue su curso, aunque en esta ocasión no sea Mark Waid el autor de sus historias ni tampoco Geoff Johns. Hoy, dos gigantes del cómic como son Mark Millar y Grant Morrison se hacen cargo del corredor escarlata con un compendio de historias de lo más interesante y, aunque Carrera por la humanidad sea la que da nombre al volumen, desde La Milana Bonita queremos destacar la historia de El Flash Oscuro o Negro (según la traducción), un personaje o, mejor dicho, un ser conceptual clave en la mitología del velocista. Concretamente la dupla aterrizó en la colección a partir del número 130, y estaría hasta el 141 de la serie regular…¡el resto es historia!
Seguramente quien sea un seguidor de la serie de televisión, protagonizada por Grant Gustin, ya conozca al terrorífico corredor vestido de negro. Para quien todavía no se haya atrevido, les advertimos que estamos ante la personificación de la mismísima Parca, pero concebida para dar caza a los velocistas. La idea es tan sencilla como brillante: como Flash es tremendamente rápido, la muerte debe alcanzarle de algún modo y, es por ello, que existe Black Flash. La Parca se viste con el traje del héroe, pero completamente teñido de negro para precipitarse sobre él y matarle. De lo contrario, los velocistas escaparían del abrazo de la muerte y vivirían ajenos a esta, corriendo eternamente. El Flash Negro tiene un aspecto cadavérico y se mueve con la misma, o incluso mayor, presteza que cualquiera que se alimente de La Fuerza de la Velocidad. Imparable y aterrador, solo Wally encuentra el sistema para detenerle haciendo uso de todo su ingenio y astucia. La historia se divide en tres partes, es ágil y mantiene la tensión en todo momento. Además, hay que reconocer que el concepto es sumamente potente y atractivo, tanto como el plan de Wally para vencer al Flash Oscuro.
El legado de los corredores
Ya hemos insistido, por activa y por pasiva, la importancia que ostenta el legado en los cómics de Flash, pero es que no podemos obviar el tema, sobre todo cuando gran parte de las historias que contiene el volumen se centran en reunir cada pocas páginas a todo el grupo de velocistas: Jay Garrick, Jesse Quick, Max Mercury y un pequeño Impulso. Wally West es el mejor, pero no el único. Eso lo sabían bien Mark Millar y Grant Morrison cuando decidieron apostar por contar historias donde las relaciones personales fueran fundamentales para el devenir de los argumentos. En general, nos encontramos ante un conjunto de aventuras muy entretenidas, que incluyen la participación de muchos héroes, y la evolución de Wally West en manos de dos de los guionistas más destacados del panorama norteamericano. El tomo lo cierra un breve relato de Mark Millar en solitario, ilustrada por el argentino Ariel Olivetti, del que ya hemos escrito aquí hace un tiempo en el tomo 75 años de Flash. Por otra parte, el apartado gráfico presenta nombres como el de Sal Buscema y dibujantes de la cantera de Paul Pelettier y Chris Ivy.
Flash: Carrera por la humanidad será especialmente disfrutado por todos los seguidores de Flash. No obstante, para los no iniciados en las aventuras del corredor sería más recomendable empezar por Flash: Nacido para correr, si interesa el comienzo de la etapa de Wally West, o tiempos más actuales como los protagonizados nuevamente por Barry Allen y el sorpresivo regreso de Wally al reiniciado Universo DC con Rebirth.