Supongo que en alguna u otra entrevista habréis escuchado esas declaraciones en las que el escritor de turno asegura sentirse enamorado de un personaje. No en el sentido de amor pasional, aunque quien sabe, sino más bien por todo lo que le ofrece una de sus creaciones a nivel artístico. Como esto es una reseña de una novela de fantasía, pongamos un ejemplo fantástico: Tyrion Lannister, el sibilino y cautivador enano de la saga Canción de Hielo y Fuego es, en palabras del autor, su personaje favorito.
No obstante, el caso que hoy nos atañe creo que va un punto más allá de favoritismos. Si habéis leído ‘Crónica del Asesino de Reyes’, la historia del misterioso Kvothe nacida de la pluma de Patrick Rothfuss, quizás podéis empezar a intuir de qué va todo esto. La trilogía cuenta por el momento con dos volúmenes: El nombre del viento (sobre el que podéis leer en nuestra reseña) y El temor de un hombre sabio. Del tercero poco sabemos, más allá de que en palabras de Rothfuss, está en pleno proceso de edición y, en busca de la perfección, se lo está tomando con calma. Pues bien, entre tomo y tomo, el autor decidió darse un respiro, pero uno muy especial. En 2014 fue publicada La música del silencio (Plaza & Janés), una novela corta centrada en el personaje de Auri, la misteriosa chica que el protagonista de la trilogía principal conoce de manera fortuita durante su aventura.
Como lector de Rothfuss, desde el momento en el que te encuentras con Auri sabes que tiene algo especial, que no es un figurante más de los muchos que se encuentra Kvothe en su periplo. Hay algo que desprende, ya no solo en su extraño y divertido comportamiento, que en ocasiones escapa a toda lógica, también en el propio estilo del autor, que parece verse embrujado por el personaje. Y el embrujo dio lugar a lo inevitable: prendido por su magnetismo, el escritor estadounidense decidió dedicarle una novela. Corta sí, pero maravillosa. En origen la historia protagonizada por Auri iba a incluirse en la antología ‘Rogues’, lanzada por el propio George R.R. Martin y que incluye 21 relatos de autores de la talla de Neil Gaiman, Joe Abercrombie o el propio Rothfuss. A este último, sin embargo, su historia se le hizo demasiado larga y tuvo que cambiarla por ‘El árbol relámpago’, centrada en el personaje de Blast (también de la trilogía original del autor).

Pues bien, de aquellos cimientos centrados en Auri nació ‘La música del silencio’, una historia muy diferente a los libros principales del autor y, por el mismo motivo, muy especial. En esta historia de poco más de 100 páginas los lectores conocerán el día a día de Auri en eso que ella llama la Subrealidad, el mundo subterráneo instalado bajo la Universidad, una de las principales localizaciones de los dos primeros volúmenes de la ‘Crónica del Asesino de Reyes’. Un mundo plagado de tuberías, rincones oscuros y misterios que es mejor no revolver. El propio autor lo advierte al principio de la novela: si el lector busca conocer más sobre la trama de Kvothe, que se olvide. Y yo añadiría también que el que busque fantasía, digamos, más clásica, que se olvide también. O mejor, que se anime de una novelita que saca todo el juego de un personaje de esos que dejan huella tanto en el lector como en el autor.
En este sentido, la historia de la trama se concentra en siete días, una semana en la que Auri está esperando precisamente la visita de Kvothe. En concreto, se enmarca entre los capítulos siete y once de ‘El temor de un hombre sabio’, y no es más que esa rutina tan extraña y extravagante que tiene Auri en la subrealidad. La protagonista, una suerte de hada, hará incursiones para descubrir nuevos objetos, procurará tratarlos con el cariño que merecen (sí, a los objetos) con miedo a no ofenderlos e incluso preparará jabón. La historia no tiene diálogos más allá de las conversaciones de Auri con todo aquello que le rodea. En la zona bautizada por ella misma como Manto, duerme; en los Doce Amarillo se da un chapuzón, y descubrirá otros lugares como Nuevemente. Destacan, por cierto, las ilustraciones de Marc Simonetti, que oxigenan el relato y ayudan a comprender su estridencia. Algunas son de gran belleza.

Resulta complicado explicar una obra así porque la magia la transmite a través de las palabras escritas. Es una historia diferente que hace hincapié en el lado más lírico de Rothfuss, ese que ya podíamos entrever con cada aparición de Auri en la trilogía principal. La joven parece llevar de la mano al escritor por todos esos rincones que nos describe y con los que lidia para, llegado el séptimo día, hablar con Kvothe. Y el escritor se deja llevar cautivado por un personaje del que le es difícil desprenderse. La música del silencio es un imprescindible para cualquier fan del autor, y también muy recomendable para todos aquellos que necesiten abandonar por un momento el desasosegante mundo real y zambullirse en la Subrealidad.
Hace pocos días terminé de leer El nombre del viento y coincido en que Auri es de los pocos personajes del libro que realmente trascienden (a parte de Kvothe, claro, que es un protagonista sublime). Realmente tengo expectativas puestas en La música del silencio y más ahora que me he atrevido a informarme un poquito más sobre él. Buena reseña, se nota que has intentado hablar del libro sin dar spoilers y por ello mismo dices bien poco de su contenido; pero si algo me has dejado claro es que me va a gustar mucho.
Por cierto, ¿en la edición española salen las ilustraciones? Yo me he comprado los tres libros de Rothfuss en edición de bolsillo y ahí no me vienen, así que igual me paso por la biblioteca.