Una de las entradas del diccionario que más se debería consultar en las redacciones es la referente a la palabra “mito”. Se trata de un término tan manido en el lenguaje periodístico que con el paso de los años se ha terminado por degradar. Por esta razón, cuando uno trata de realizar una crítica literaria comparatista es mejor dar un breve rodeo para explicar qué es, al menos para quien escribe, un mito antes de hacer aseveraciones como “Corre, Conejo de John Updike es la primera formulación del mito contemporáneo del hombre que sale a por tabaco y no vuelve”. Así pues, paso a paso, no corramos.
La RAE define “mito” en su primera acepción de la siguiente manera: “Narración maravillosa situada fuera del tiempo histórico y protagonizada por personajes de carácter divino o heroico”; mientras que en la segunda habla de una “historia ficticia o personaje literario o artístico que encarna algún aspecto universal de la condición humana”, y luego pone de ejemplo el mito de Don Juan. Carlos García Gual en su obra Diccionario de Mitos apuesta por una descripción del concepto parecida: “Mito es un relato tradicional que refiere la actuación memorable y paradigmática de unas figuras extraordinarias -héroes y dioses- en un tiempo prestigioso y esencial. Los mitos ofrecen unas imágenes que impactan en la memoria colectiva y que perviven en la tradición, porque sin duda responden a preguntas fundamentales del ser humano y a su inquietud ante los misterios de la vida y los retos de la sociedad”. En la misma línea y simplificando mucho sus teorías, el francés Lévi-Strauss perfila los mitos como aquellas estructuras formales que se dan en las culturas más dispares y que nos ayudan a comprender el mundo.
Harry “Conejo” Amstrong, protagonista de la saga, comienza su aventura cuando un día sale de casa a buscar tabaco y en ese paseo toma la determinación de no volver. Esta idea ha sido reformulada hasta la saciedad durante toda la segunda mitad del siglo XX en películas, series, cómics y libros. Curiosamente, en muchos de estos casos el guionista o escritor ha perdido el referente cultural. Más bien, la idea del hombre que un día sale de casa y no vuelve se ha instalado en el subconsciente colectivo como una experiencia vital que le pasó al tío de una amiga de tu madre.
Tras ver estas definiciones y enunciar brevemente el argumento de la novela, uno se podría preguntar si Corre, Conejo de John Updike es una reescritura del mito del antihéroe contemporáneo. La solución al enigma es compleja. ¿Corre, Conejo es una historia ficticia que se refiere a la actuación memorable de un héroe o un dios? Sí y no. Todo depende de si se ve a Conejo Amstrong como un fugitivo o como un colonizador de los territorios inhóspitos de la libertad. ¿Ofrece esta historia una imagen que impacta en la memoria colectiva y que pervive en la tradición? Aún es pronto para saberlo, pero todo indica que así va a ser. ¿Responde Corre, Conejo a preguntas fundamentales del ser humano y a su inquietud ante los misterios de la vida y los retos de la sociedad? Quizás en esta pregunta se encuentre la clave del éxito de este clásico literario moderno. Nosotros, el próximo domingo 13 de abril, trataremos de perfilar una posible respuesta en un nuevo programa de La Milana Bonita. ¿Te lo vas a perder?
¡La revolución ha comenzado!