Parece mentira que ya hayan pasado 27 años desde que se publicara por primera vez The Sandman. Sí, en La Milana ya hemos hablado de él y también de su autor, Neil Gaiman, un referente tanto para lectores como guionistas y escritores. Morfeo fascina y continúa vigente como el mejor porque The Sandman es de esos cómics que todos, y enfatizo TODOS, deberíamos leer en algún momento de nuestras vidas. En España Norma, Planeta y ECC se han ido repartiendo las ediciones hasta el día de hoy y lo cierto es que ha sido tan amplia la variedad de formatos con los que se ha publicado, que su accesibilidad no supone ningún inconveniente. No es uno de esos cómics imposibles de encontrar o que, y esto es fundamental, nos dejará con la miel en los labios por algún tipo de decisión comercial.
Para nuestra suerte es tal la demanda y la aceptación general de que estamos ante un clá-si-co, que no solo asistimos a la constante reedición del material original, sino también a un conjunto de historias absolutamente atemporales respecto a la historia central. Bienvenidos a Sandman: Noches eternas. Pasen y conozcan a los Eternos.
El libro se divide en siete capítulos, cada uno dedicado a uno de los Eternos, una familia de hermanos que no son otra cosa más que las manifestaciones físicas de conceptos que no lo son: el sueño, la muerte, el deseo, la destrucción, el delirio, la desesperación y el destino. Es muy entretenido descubrir la interrelación entre todos los personajes, aunque esta ocurra de modo regular en la historia de The Sandman. Sin embargo, esta es una excelente ocasión ya sea para hacer una primera toma de contacto como para profundizar en estos apasionantes personajes, no por nada fue galardonada en 2003 con el premio Bram Stoker en la categoría de Narrativa visual. Precisamente, el gráfico, es uno de los aspectos más cuidados de esta obra y difícilmente superable: Craig Russell, Barron Storey, Frank Quitely, Dave Mckean, Michael Zulli, John Bolton y Milo Manara reúnen las caracterizaciones más bonitas, oscuras y desquiciantes de un grupo de personajes prestos a la reinterpretación constante ¿Cuántas caras tiene la muerte o la desesperación? ¿cuál es la imagen perfecta del deseo? ¿cómo representamos el delirio?
De entre todos los relatos me gustaría destacar cuatro: el primero, evidentemente, será el dedicado a Morfeo: El corazón de una estrella, quien vive un romance con una habitante del planeta Oa. Un guiño en toda regla para los amantes de Green Lantern, al cruzarse nuestro protagonista con los misteriosos seres de color azul. El capítulo protagonizado por el miembro más sensual, Lo que he saboreado de Deseo, es un festival visual sin parangón gracias a la sexualidad de Milo Manara como dibujante. El artista italiano no baja el nivel, manteniéndose constante en su línea erótica de ilustraciones y qué mejor personaje para explotar esas cualidades que Deseo. Por cierto, en La Milana hablamos de Milo Manara y Gullivera en el programa dedicado a Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Llegamos a nuestro tercer relato destacado, Hacia adentro, dedicado a Delirio, la personificación del desconcierto y el sinsentido más absoluto. A vuestra izquierda pueden ver su fantástica representación. Una historia profundamente abstracta en la que diferentes versiones de Delirio deben buscarse y salvarse a sí, y de sí, mismas. Para finalizar, no podía olvidarme de uno de los relatos más emotivos de los que haya podido leer del escritor británico. Ni más ni menos que la historia que le inspiró para la creación de Sandman, acompañada de unas preciosas ilustraciones y un plausible tono nostálgico que nos ganará desde la primera hasta la última página.
Lo mejor: ¿Hacen falta más palabras?
Lo peor: Nada, no puedo ser objetivo ¡Es Sandman! ¡Es Neil Gaiman!
¡A leer!
La Milana Bonita 