Para alcanzar una sociedad supuestamente perfecta, como la que propone Lois Lowry en su novela El dador, hay que renunciar a muchas cosas. Por esta razón, la escritora estadounidense posiciona en la balanza de la mente del lector diferentes elementos. Por ejemplo, en uno de los platillos arroja una sociedad sin discriminación y en la que todos son iguales; en el otro, explica que para conseguir esto se debe someter a todos los individuos a una despersonalización (sin cumpleaños, sin logros, sin fracasos). ¿Hacia dónde se inclina la balanza?
Responder a esa pregunta es obligación del lector. Lois Lowry se limita a ir separando en montoncitos los diferentes elementos. Por un lado, la felicidad, la ausencia de racismo, y el trabajo para todos. Por otro, la desmemoria colectiva, la ausencia de colores, y el determinismo vital de los ciudadanos en este mundo distópico. De esta manera, el peso vence poco a poco en uno de los lados de la balanza. ¿En cuál será: en el del sueño o en el de la pesadilla?
En este nuevo programa de La Milana Bonita, nos centramos en una obra ajena al canon académico. Más bien, El dador de Lois Lowry suele enmarcarse dentro de la literatura juvenil comercial (es decir, más cerca de Crepúsculo que de El guardián entre el centeno). No obstante, nosotros decidimos dar una oportunidad a la novela al principio de la temporada porque adoramos las distopías (ya hemos hecho programas de 1984, Fahrenheit 451 o Un mundo feliz), y después de leer el libro no nos arrepentimos.
El dador posee un estilo sencillo, sin excesivo ornamento, que ofrece más preguntas que respuestas y eso siempre es positivo. En La Piedra Rosetta, demostramos que si se lee el libro con detenimiento, es posible apreciar numerosos matices. ¿Es El dador una crítica encubierta al comunismo? ¿Qué importancia tiene la memoria para el ser humano? ¿El final responde a las expectativas del lector?
Tras establecer los cimientos del programa, nos dedicamos a cubrir las paredes con contenidos. Primero con La Pluma, sección en la que analizamos la bibliografía de Lowry. Después, en Hablar y Escribir Bien comentamos un nuevo caso de leísmo. Como todas las semanas, en el programa también descubrimos nuevas palabras, ponemos música al libro y hacemos nuestras recomendaciones para no dejar nunca de leer. Terminamos la hora y pico de radio con los contextos de historia, cómic y cine. Y así, a martillazos radiofónicos, construimos una nueva distopía milanesca.
¡La revolución ha comenzado!
Me encantan las distopias (Un mundo feliz me fascinó), pero esta al ser novela juvenil se me queda un poco corta, pero es interesante para el público adolescente…. se la recomendaré a mi prima…