
El cuarto número de Transmetropolitan nos cuenta lo ocurrido después de la cruenta campaña política que enfrentaba a la Bestia, el actual presidente, contra la candidatura del «Sonrisas» Callahan. La muerte de Vita Severn, directora de campaña de Callahan, provoca que la popularidad del segundo se vea beneficiada, utilizando a la víctima como un medio más para alcanzar el éxito. Con ella convertida únicamente en un icono publicitario más, la frustración de Spider Jerusalem crece hasta amargarle y sumirle en una profunda depresión. El sistema sigue jugando sus cartas ante los ojos atónitos de nuestro periodista bocazas, incapaz de encontrar la fórmula para detenerlo. Hipocresía, falsedad, intereses económicos ¿qué más?
El punto de inflexión en el presente tomo viene cuando Spider Jerusalem recibe una sorprendente llamada de La Bestia ofreciéndole la oportunidad de una entrevista sin límites. Un encuentro que supone un cambio brutal en la relación de odio sin cuartel entre ambos personajes. Dicha entrevista sirve como un bálsamo para la historia, ya que comenzaba a tornarse un tanto repetitiva. La crítica mordaz siempre está en cada número, Spider escupe sobre su mundo para reflejarnos verdades incómodas sobre el nuestro, pero el efecto ya no es el mismo. Su primer número se publicó en 1997 y aunque, en conjunto, es una obra colosal tiene altibajos y bajadas de tensión importantes. De ahí que destaque la entrevista, tan oportuna como revitalizante para continuar con la recopilación de la serie.

Continuamos con nuestro repaso con otra de las cabeceras estrella si hablamos de vandalismo sin razón. Bueno, digamos que en Transmetropolitan dicha actitud está justificada para contarnos algo, mientras que en Lobo no es más que acción gratuita y desmedida. Como pueda ocurrir con tantos productos surgidos en los 90, su lectura 20 años después cansa. Una historia, dos y hasta tres están bien, pero añadir alguna más comienza a tornarse un poco cansino, ¡pero oye! si se trata de tu personaje favorito, su consumo es tan válido como cualquier otro héroe, antihéroe o aventurero espacial. A un servidor le parece más disfrutable su lectura de modo esporádico, pero para gustos ya se sabe ¿verdad? Para gustos los colores. Esta vez tenemos a Alan Grant y John Wagner en el guion y Cam Kennedy, Kieron Dwyer y Martin Edmond en el dibujo.

Lobo: Gladiadores Antiamericanos
El nombre del volumen hace referencia al famoso programa de televisión de Estados Unidos, también de los años 90. Aquí vamos a ver a Lobo participar en un tipo de concurso donde sus oponentes luchan por conseguir varios premios… hasta la muerte. ¿No les suena la premisa? Sangre, golpes, más sangre, más golpes y así hasta terminar la historia. Luego Lobo se dirige a un puerto espacial y roba un trasbordador, lo que no le impedirá al último czarniano meterse en algún nuevo problema. Seguimos con Contrato con Dioz, una historia de cuatro partes donde Lobo tiene que enfrentarse contra mil demonios, hasta desatar una crisis donde nadie estará a salvo. Si eres uno de esos que el afán completista le consume, añade Gladiadores Antiamericanos a tu colección, pero si prefieres leer alguna historia de Lobo te recomiendo Batman/Lobo o El último czarniano, ya reseñadas aquí, en nuestro espacio dedicado a los cómics.
¿Todavía intentan acordarse de aquel programa llamado Gladiadores Americanos? Aquí les dejo con una imagen bastante ilustrativa y clarificadora.
