
Continuamos escribiendo sobre la recopilación que se está haciendo de Hellblazer, aquí en La Milana Bonita. De seguro el nombre del guionista Garth Ennis ya les suena a todos nuestros lectores, al igual que el del dibujante Steve Dillon; los creadores de Predicador, pero también los responsables de una de las grandes, y también más extensas, etapas de John Constantine.
Con el presente volumen se pone punto y final a las historias narradas por el escritor irlandés. Un tercer tomo dibujado, principalmente, por su colega Dillon, pero no en su totalidad. Una pena que no satisface a nadie, porque pocas duplas resultan tan adictivas como la de Ennis-Dillon, inmortalizada en unas viñetas repletas de sangre y palabras malsonantes . Como viene siendo habitual ya, nos encontraremos con un John Constantine derruido, casi piltrafa humana, que deberá resurgir de sus cenizas para continuar un camino repleto de peligros. Amenazas con las que John se ha enfrentado en su pasado y que ahora vuelven con mas fuerza, odio y maldad que nunca.
Garth Ennis cierra su etapa dorada en Hellblazer justo como la empezó, enfrentando al hechicero británico contra el Diablo. Los cabos sueltos recobran su sendero para la confrontación definitiva entre John y el Adversario. El enmarañado plan con el que el hechicero había evitado que su alma fuera al Infierno se ha destrabado, muy a su pesar. ¿No se acuerdan? Solo tienen que dar un vistazo a las reseñas de Hellblazer, de Garth Ennis 1 y Hellblazer, de Garth Ennis 2

La caída de Constantine
Garth Ennis no se ha cortado en lo más mínimo a la hora de hacerle pasar por cuanta calamidad rondara su cabeza: cáncer, intentos de suicidio, palizas, mendicidad, culpa, etc. Pero al final John siempre encuentra la salida, aunque cada vez salga más deteriorado en el proceso, inevitablemente. En su conclusión a Constantine, Ennis mantiene intacta sus claves en el personaje, ahondando más en su perturbada psique y en la relación con sus amigos, pero con un claro afán por cerrar todas las tramas y poner un correcto fin a su fructífera etapa. Y eso, claro está, no podía ocurrir sin el Diablo, quien ha estado esperando durante mucho tiempo para reclamar su alma.
Antes que ocurra eso seremos testigos del viaje de John a unos Estados Unidos infernales, donde deambula el espíritu de un famoso presidente. Una historia crítica, dura y que se lee del tirón. Además sirve estupendamente para calentar motores de cara al plato fuerte que supone la venganza del señor del Infierno. Un relato bien resuelto y con un monólogo marca de la casa, donde descubrimos el origen del Diablo, uno muy novedoso y atractivo por cierto. También hay momentos emotivos con el último adiós de John y Kit, otra pareja también marca de la casa, al más puro estilo Jesse Custer y Tulip, de Predicador. En conclusión, estamos ante la que probablemente sea la mejor época del personaje, sin desmerecer la de Brian Azzarello, que es otra de mis preferidas.
Pocos escritores han sabido leer tan bien a Constantine como Garth Ennis, un clásico ya del cómic moderno que merece ser leído y redescubierto una y otra vez.